jueves, noviembre 30

 
No quiero vivir,
sólo saborearte.
Verte ducharte
a la luz
de una bombilla;
de la luna.
Ser el clip
que arrancas del pelo,
regalarte mis ilusiones,
ya no las quiero,
las cambio
por ese trozo de alma
que ya no encuentro.
Dame un poquito
de tu veneno
que quiero morir:
dame veneno,
no quiero vivir.
Sólo saborearte,
verte ducharte
a la luz
de una bombilla;
de la luna.
Ser el clip
que arrancas del pelo,
regalarte mis ilusiones
ya no las quiero,
las cambio
por ese trozo de alma
que ya no encuentro.
Dame un poquito
de tu veneno
que quiero morir:
dame veneno,
no quiero vivir.
Sólo saborearte.
Verte ducharte
a la luz.../...

miércoles, noviembre 29

 
Hará cosa de un mes, cuando me jodí el tobillo, envié mi exuberante descripción personal, comprimida en un sms, a una red de contactos que aparecía en los anuncios de una televisión local. Pensé que atraería a todo tipo de personajes exóticos. Pero ha sido al revés. De hecho, sólo me envía sms's un tipo que dice buscar "a una mujer, chica o similar para relación esporádica, estable, o lo que surja". Me ha enviado como cincuenta mensajes, siempre bajo un nombre distinto, pero con el mismo número de referencia. Yo le sigo la corriente y lo trato como si fuera la primera vez que sé algo de él. Espero que haya intuido que yo caigo en la casilla "similar", parece que esté coladito por mis huesos. Me cae bien este hombre. Al menos es constante y sabe lo que quiere de la vida: lo que surja. Ya me gustaría a mí tener las ideas tan claritas.

martes, noviembre 28

 
Esta mañana estaba tomando un café con una compañera de trabajo, con la que casi no tengo relación, y de pronto he recordado que había soñado con ella. Además era un sueño erótico. Para ser sinceros era pornográfico, y de los buenos. Con decir que recordaba perfectamente habérmelo pasado estupendamente, y creo que ella también, por las expresiones de su cara y los gemidos de placer. Y la he mirado con otros ojos, con la extraña sensación de que la conocía íntimamente pero al mismo tiempo era una completa desconocida. Me pregunto qué habrá soñado ella. Es la primera vez que siento interés por un sueño ajeno, porque la mayoría de las veces cuando alguien me dice que va a contarme lo que ha soñado, lo encuentro más una amenaza que una proposición. Porque sé que, por mucho que atienda, no comprenderé absolutamente nada, ni me sentiré identificado. Si ni siquiera me identifico a mí mismo en mis propios sueños. La mayoría de las veces, me veo en ellos, pero sé que no soy yo. O aparece un completo desconocido y me reconozco en él. Vamos que, o sueño sin soñar en mí, o que me hago unos líos, quepaqué.

lunes, noviembre 27

 
Culturilla
Resulta que me he enterado que el 22 de diciembre es el día del orgasmo global.
Espero que mi almohada no tenga ningún plan.

viernes, noviembre 24

 
La insólita, incierta y jamás contada historia de Albino Fernández, criador de canarios.
Albino Fernández, antes de dedicar su vida al apasionante mundo de la canaricultura, descubrió, entre las expresiones de asombro de sus parientes cercanos y los orondos ojos de sus boquiabiertos peces de colores -a menudo le costaba distinguir a los unos de los otros-, que podía adivinar el futuro a través de la ancestral ciencia de la carteromancia; esto es: del requisado a hurtadillas de bolsos y carteras ajenas. Si bien es cierto que nunca conseguió predecir ni un solo porvenir, sí que descubrió, a base de práctica, que podía servirse de semejantes artes para tejer uno bien brillante para sí mismo. Bueno, para él, y para su banquero.

En otro orden de cosas, Don Eulogio, vecino del quinto, psiquiatra de vocación y psicólogo de profesión (la cual empezó a ejercer tan pronto descubrió que los títulos de psicología podían adquirirse en el Carrefour), se empeñaba en calificar a lo de Albino como "episodios de cleptomanía compulsiva". Pero sus progenitores nunca le hicieron mucho caso. ¿Qué iba a saber un tiralevitas como él?. Si no era capaz de distinguir a un paquidermo bailando la conga de la tía Blasa orinando (aunque para ser sinceros, ellos tampoco), cómo iba entonces a ser capaz de diferenciar una manía, por muy clepta que fuese, de un don divino. Alma de cántaro. Ni hablar del peluquín; los padres de Albino siempre defendieron estoicamente el honor de su hijo hasta la tumba, que era el nombre de la cantina donde a menudo bebían hasta perder el sentido y caer redondos al suelo, completamente ébrios.

Y fue en este ambiente relajado y distendido, tan propicio a la práctica del onanismo, donde se desarrolló buena parte de la precoz infancia de Albino. Ora enfrascado en el arte y perfeccionamiento de sus dotes adivinatorias; ora recaudando fondos para nobles causas, como la del extraperlo de láudano para consumo propio, la degustación de manitas de credo (La credo era la regenta del único burdel del pueblo), hacer el pino-puente en la plaza mayor o chuparle las tetas a la nodriza Aurora. Cosas, todas ellas, que practicó hasta bien entrada la pubertad.

Quizás fuera por ese motivo que corrían rumores en el pueblo sobre la veracidad de su edad: igual no era tan niño como se decía, sino que simplemente era un señor bajito. Bulos que pronto se convirtieron en auténticas leyendas urbanas y que se referían, tanto al tamaño de su pene, como a su condición de presunto invertido sexual. Cosa que, a todas luces, intentó siempre disimular saliendo a la calle, el primer domingo de cada mes, ataviado con una peluca Luis XVI, un par de antiparras ahumadas y un ficus del Peloponeso por sombrero.

Hasta aquí, digamos que todo podría antojarse como una historia de lo más normal.

(CONTINUARÁ)

(Sí: esta noche no podía dormir y no me funcionaba el messenger, ¿qué pasa?)

jueves, noviembre 23

 
Ayer se me debieron caer los ojos cuando paseaba por la calle, porque esta mañana he estado mirando por toda la casa y no los he encontrado en ninguna parte. He llamado a la policía municipal y un agente me ha dicho muy amablemente que alguien los llevó a objetos perdidos, pero no se los pudieron quedar porque en el formulario de admisión no había ningún casillero para "órganos de visión". Me ha molestado un poco que empezara a hacer chistes fáciles con que si me había dado cuenta de que tenía la mirada extraviada. Creo que no era precisamente el momento. Como se ha dado cuenta de que había metido la pata, ha zanjado la conversación refiriéndome al banco de ojos, me ha sugerido que probara ahí. En vista del éxito, he acabado poniéndome las lentillas en las cejas. En fin, bien mirado, peor hubiera sido perder las piernas y que tuviera que llevar los pies pegados directamente en el culo, iría arrastrando los huevos por el suelo. Qué escozor. Y se me engancharían los chicles, con la rabia que da. Lo que sí me tiene un poco preocupado, es que ahora no podré ir a corporación dermoestética, como te cobran un ojo de la cara. Ayquépenatú. Aprovecho el post para rogar que, si por casualidad alguien los encuentra, por favor se ponga en contacto conmigo, que ya empiezo a estar harto de perder cosas.

miércoles, noviembre 22

 
El otro día una compañera me envió un mensaje y al final, para despedirse, creo que se equivocó, porque en lugar de escribir "saludos" puso: "salidos". O igual no se confundió y es que se me nota mucho. Ahora caigo en que, hará cosa de un mes, vino una chica guapísima a casa, a hacerme una demostración de un aspirador, y a los cinco minutos de presentarse me confesó que era lesbiana y tenía pareja estable. Me quedé un poco a cuadros, pero ahora empiezo a atar cabos. Lo que no recuerdo es si cuando me lo dijo me miraba a la cara o al bulto del pantalón.

martes, noviembre 21

 
He borrado el post que estaba escribiendo. Bueno, en realidad no lo he hecho adrede, ha sido un accidente. He tocado algo y se ha borrado solo, sin avisar. Ojalá se me diera esto de escribir igual de bien que se me da lo de borrar. Al principio me ha entrado una mala leche quepaqué, pero ahora pienso que da igual, que quizás haya sido lo mejor.

lunes, noviembre 20

 
Hoy me ha parado una pitonisa por la calle y como no me he dejado leer la palma de la mano me ha echado una maldición gitana. Me ha dicho que, por sieso, el lunes se me iba a hacer eterno. Así que en lo que va de mañana ya he comido, bebido, dormido, trabajado, saltado a la pata coja, jugado al parchis, bailado la conga, completado una colección de sellos, visto siete temporadas de star treck, hablado del tiempo, dado órdenes en una obra junto a diez jubilautas, dirigido el tráfico con un bastón, cambiado tres veces de pantalones, gastado diez paquetes de kleenex y ojeado tres periódicos. Y para ser sincero, ahora estoy empezando a arrepentirme de no haberme dejado echar la buenaventura, porque esto de estar una eternidad sin follar me da en la nariz que va a resultar un poco aburrido, la verdad.

sábado, noviembre 18

 
Atención, que han dicho que esta noche habrá una importante lluvia de estrellas, así que no salgais a la calle sin paraguas. Yo, como siempre me quedo dormido esperando este tipo de efemérides cósmicas, lo que haré antes de irme a dormir es mirar fijamente una bombilla. Luego cierras los párpados, mueves los ojos, y es casi igual.

viernes, noviembre 17

 
Hoy he ido al traumatólogo y me ha comentado que la próxima semana podré empezar a hacer algo de deporte, pero me ha advertido que vaya con cuidado y, sobre todo, que escuche con atención lo que me dice el tobillo, que esté muy atento, porque me hablará a través del dolor. Yo asentía como si lo entendiera todo a la perfección, pero la verdad es que estaba pensando que si ya me cuesta prestarle atención a lo que me dice la cabeza, cualquiera se para a hacerle caso a un tobillo.

jueves, noviembre 16

 
Una vez, cuando era pequeño, tuve un día perfecto. Pero resulta que ahora, por mucho que pienso, no recuerdo dónde lo dejé.

miércoles, noviembre 15

 
Hoy me han dicho dos veces que parezco el Doctor House. Y no sé si es un cumplido, me han llamado borde, o cojo. O todo al mismo tiempo.

martes, noviembre 14

 
Los cuarenta y dos es una edad crítica, de aquellas que dices vayaedadtú. Es como la de piedra, pero en el riñón, se entiende. Y es tal la acumulación constante de catastróficas desdichas, que uno acaba convenciéndose de que todo esto no puede ser debido a la casualidad: ha de ser cosa de un ser superior. Superior y con muy mala ostia. O incluso de algo peor: esto tiene que ser cosa de la edad.
Porque no todas las mañanas sale uno a la calle con sonrisa hamaca de viernes por la tarde, con su muleta bajo el brazo, y en la parada del autobús un perro lo confunde con una farola y se le mea en la pierna. Vaya usted explicando luego a todo el mundo que no está liado con Concha Velasco.
Ni todas las tardes se tiene la oportunidad de tomar asiento en un banco del parque, que se acerque una especie de gremlin que no levanta tres palmos del suelo y decida jugar al balonpié con su tobillo. El malo, por supuesto. De la estupenda cara de poker que supo poner su madre hablaremos en otro post.
Ni todos los días llega uno al curro, tras siete días de baja, y aquel ser entrañable con el que ha cruzado 49 mensajes de "Vuelve YA!" se sienta sobre tres montañas de papeles que por arte de magia se han acumulado en su mesa y murmura sollozando: ¡vaya semanita he tenido!¡No te lo vas a creer!
Ni todas las noches uno destroza con el coxis el mando a distancia y descubre que su estado del bienestar depende de su habilidad amaestrando tortugas de florida y conseguir que aprendan a dar saltos desde la pecera para cambiar el canal.
Y claro... al final sucede lo inevitable, que entre tanta catástrofe, tanto enano cabrón, tanta tensión positiva y tanta polla, uno acaba pidiendo a gritos una disección del cuerpo calloso, o la eutanasia, o que venga el hombre lobo y lo devore. O el hombre del frac, que para el caso también serviría...hombrepordioscoñoya.

domingo, noviembre 12

 
Se ruega al visitante número 99,999 deje su huella aquí. El premio, ya lo pensaremos juntos, ¿vale?

sábado, noviembre 11

 
Mis auriculares se dan besos en las mejillas, pero nunca se morrean. ¿Serán família?

 
Si alguien me hubiera dicho la semana pasada que hoy estaría saltando de alegría porque voy cojeando y atado a (sólo) una muleta, hubiera pensado que estaba como una cabra.
Hoy creo que quizás quien estaba como una cabra era yo por pretender ignorar que todo puede cambiar en el momento más inoportuno.
El traumatólogo, que era un cachondo, me ha dicho que en dos semanas podré volver a correr (infinitivo, el reflexivo ni lo ha nombrado, vayapordios). Pues eso, que ya me he sacado el bonobús de la piscina, y este lunes me pongo el gorro de lycra, las chancletas, y voypallá.

Lokura me ha dicho por sms que está bien. Qué descanso, pero estoy en ascuas: ¿tendrá voz de pija?
Aunque, como acostumbra a suceder con todo lo que es realmente importante, el tono es sólo el medio, y el fín las historias que salen de cada alma.

viernes, noviembre 10

 
Siete
El 7 es un número bíblico: los siete dias de la semana, los siete pecados capitales, las siete plagas de egipto, los siete sellos del apocalipsis, blancanieves y los siete enanitos. Es más, si a 777 le restamos 111, nos da el número de la bestia: 666. Una caña, ni puta idea de para qué sirve, pero una caña. Total, que mañana hará siete días que he guardado bíblico reposo por prescripción facultativa y, por fín, voy al traumatólogo, me hace una ilusión.
Hagamos recuento de lo que hemos hecho en estos siete días de impuesto asueto:
- empezar seis libros y no acabar ninguno.
- darme diecisiete ostias al intentar subir/bajar la escalera del edificio
- abrir mucho los ojos al anochecer, cualquier cosa antes que levantarse a darle al interruptor de la luz.
- limpiar el correo electrónico. Inútilmente, porque esta noche está igual de lleno que el primer día.
- hablar 49 veces por teléfono con mi jefe. (Quesí, queya, quesí, quesí, quelasemanaqueviene, quesí...)
- contestar sus 49 e-mails. (Quesí, queya, quesí, quesí, quelasemanaqueviene, quesí...)
- hacerme 49 pajas. (Quesííííííííí, queyaaaaaaaaaaaaa, quesííííííííííííííí...)
- buscar en google cómo hay que medir un pene. En el próximo esguince, intentaré encontrar dónde dejé el puto metro de los cojones.
- arrasar el videoclub de la esquina. ¿Es que no hay películas nuevas? Me he vuelto a ver todas las de startreck (nadie es perfecto), las del señor de los anillos (que ya no sé si légolas es vulcano, preciosas orejas, por cierto; o si Jean Luc Piccard tiene barba, va con un hacha y es enano).
Y vaya por dónde, lo que hace la práctica, que esta tarde he conseguido, al fin, llegar al videoclub intacto: sin meter la muleta en ninguna mierda, ni dejarme los piños en la esquina al esconderme intentando no tener que darle conversación a mi vecina, la del bigote. Y ahí estoy yo, tan feliz delante de la pantalla, intentando que abra esa especie de boca mecánica para que se trague todas las películas cuando, con la última en la mano, oigo un leve carraspeo sobre mi hombro izquierdo. Era mi querido vecino, el que se instaló una antena, tamaño palmera del desierto, para hacer video conferencias con raticulín.
- Ejemejemejem -carraspea, ingenioso.
- Hola, qué tal - digo yo, por decir algo.
- Qué película te has llevao? - qué sutil es mi niño, por dios bendito.
- Pues el polar express, pero la verdad es que sólo he visto los primeros 20 minutos, no me ha gustado nada - afirmo, como si fuera un crítico de cine, con decisión, intentando zanjar la conversación.
- ¿No te ha gustado?- pregunta con aire entre extrañado y de estar de vuelta de todo; para luego sentenciar- eso es porque no tienes Zorrón.
- ¿Zorron? - me huelo el sobaco por si canta.
- Sí, zorrón, eso es que no tienes.
- ¿Zorrón? - me miro las muletas por si he pisado una mierda, y pregunto- ¿qué es "zorrón"?
- jaja - se carcajea, como si yo fuera un imbecil de la era digital, un sin techo de la vida moderna - zorrón es eso que te ponen muchos altavoces en el salón, hombre, Zorrón ¿es que tú no tienes?.
- Ah -por fin caigo- quieres decir Sorround.
- Sí, eso, coño, ¿es que tienes cera en la orejas?, lo que he dicho: Zorrón.
- Vale, pues será porque no tengo zorrón, pero a mí, el polar express, no me ha gustado.
- Vale, tio, vale. Qué sensible estás desde que te has roto la pierna.
Y ya, pensando en que mañana, al fín, voy a visitar al traumatólogo; que estoy un poco, como ansioso, porque no sé muy bien por qué trauma empezar: si por el de cuando me ponía un calcetín en la mano para masturbarme o por el de cuando me caí encima de mi hamster Rigoberto y le saltaron los ojos. Quédilematú.

jueves, noviembre 9

 
hayquever...
hayquever, que uno se pasa media vida deseando toparse con un genio que le conceda un deseo, y va memorizando para sus adentros, por si algún día llega el gran momento: "quiero pasar el resto de mi vida abrazado a dos mulatas gemelas"... "... dos mulatas gemelas"...
Y, o es que uno vocaliza con dificultades, o el puto genio es un gracioso de cojones, porque sí: son gemelas, pero no son mulatas, son mulEtas, mulEEEtas. Hombrepordioscoñoya!
La idea de este post es de Boo, que además de ser una santa, soporta estoicamente y con sonrisa hamaca, las incontables noches de insomnio de este que suscribe: un cuarentón salido y ahora, además, cojo.

martes, noviembre 7

 
Podría pensarse que fue culpa del tedio, o quizás se dieron otras razones que probablemente no vendrían al caso; la cuestión es que, cuando sonó el timbre del teléfono, descolgó con un ademán entre gamberro y rebelde. Su mirada no pudo disimular una expresión inusitada de placer al comprobar que el panel indicaba "número privado".
- ¿Dígame? - preguntó con voz inocente.
- ¿Se encuentra el dueño de la línea en casa?- inquirió una voz de mujer con acento indefinido.
- Pues, en este momento, no.
- ¿El señor de la casa?- siguió la voz amablemente.
- Tampoco.
- ¿La señora de la casa?
- No, no.
- Vamos a ver- continuó ella, algo desconcertada- ¿con quién estoy hablando, por favor?
- Pues... yo creo que está usted hablando conmigo.
- Eso ya lo sé caballero -su voz adoptó una inflexión de las de "vaya, ungraciosodemierda"- me refiero a su nombre de pila.
Estuvo a punto de decir "duracell". Pero lo pensó dos veces y susurró:
- Me llamo Rushé.
- Encantada Rullé, me llamo María, y me comunico con usted desde jazztel, para ofrecerle una oferta que puede hacer que se ahorre usted mucho dinero, ¿le interesa? - articuló la pregunta como quien asegura: "tú verás, pero simedicesqueno, esqueerestontodelculo".
- No, no me interesa.
- Pero Rullé, ¿cómo puede usted decirme que no le interesa ahorrar dinero, por dios? ¿Es usted de los que les gusta despilfarrar?.
- Sí, verá, lo soy. Es un problema que tengo desde que era pequeño, de hecho empecé a ir al psiquiatra justo por ese motivo, aunque luego, ya sabe usted cómo son los psiquiatras, empiezan a tirar del hilo, a tirar del hilo, y van sacando a relucir lo mejorcito que oculta cada uno en su interior: que si asesinos en serie, políticos, y otras cosas que incluso serían menos agradables de mencionar.
- ...Ya... -con aire, entre dubitativo y "definitivamente: me-ha-tocado-el-gilipollas-de-turno"- y dígame, ¿porqué cree usted que no le interesa esta oferta?
- ¿Quiere que le dé la explicación corta, o la larga?
- Pues a ser posible la corta, señor, que me queda poco para acabar mi jornada laboral.
- Bien, la corta es: porque no.
- Bueno, vale, elabore usted un poquito más...
- Bien, le explico: como le decía, soy gastador compulsivo; imagínese que tengo un cuarto lleno de cosas completamente inútiles: como bastoncillos de algodón para carpas de rio, sonajeros de bebé multiusos con mechero y navaja, palíndromos desiguales o cojos, boomerangs que no saben encontrar el camino de vuelta, figurillas de oscar de plástico sin etiqueta "al mejor amigo", papeletas de "vote al PP", chistes verdes de Barragán o anuncios de alargue su pene.
- ¿Y a mí qué me cuenta?
- Pues se lo digo porque, como ser cliente de telefónica también es una cosa completamente inútil, resulta que por mi condición, no quiero ni puedo dejarla.
- Ya. Me deja usted sin argumentos, Rullé - se detuvo un momento para pensar y siguió- ¿está usted seguro de estar solo en casa y que no hay nadie más?
- Estoy completamente solo. Soy un deshauciado de la vida, la escoria de este mundo y parte del espacio exterior. Sin ir más lejos, el otro día me miró una mierda y descubrí en sus ojos una expresión de tristeza tal, que casi hace que se me salten las lágrimas. Sentí una pena; por ella, ya me entiende.
- ...Ya... Mire, señor Rullé, le diré lo que haremos, me dice usted cuándo puedo encontrar al dueño de la línea y yo vuelvo a llamar para hablar con esa persona.
- Bien, mire; puede usted hacer lo que lleva haciendo durante los últimos tres meses: llamar cada semana, invariablemente a las 9 de la noche. O puede usted intentar probar de encontrarla a cualquier hora del próximo 30 de Febrero. Lo que usted prefiera.
- Si, ya, entiendo. Que tenga usted una buena noche.
- Igualmente señorita. Hasta la semana que viene.

lunes, noviembre 6

 
El otro día me levanté con el pie izquierdo, y después de enzarzarnos en una bronca tremenda, decidí prescindir de él. Ya no voy a girar, mover ni flexionar la pierna que lo une a mi cuerpo. Ni si quiera daré puntapiés a los balones que se crucen en mi camino; ni a los políticos, eso costará algo más. No volveré a arquearlo sobre la rodilla para hacerme el interesante, ni hincharé los gemelos en la piscina para impresionar a las guiris. A partir de ahora me pondré su calcetín atado al cinturón y el zapato correspondiente colgando de una oreja. Y si quiero cruzar un paso cebra, tendrá que ser a la pata coja, al menos de momento, que ya me estoy planteando seriamente si realmente necesito para algo el pie derecho.

jueves, noviembre 2

 
Hoy
Hoy he coincidido conmigo en el metro, pero había tanta gente que por suerte no me he visto y no me he tenido que saludar. No me apetecía nada una conversación tonta de esas que hay que llevar con alguien que hace mucho tiempo que no ves y te encuentras en un lugar del que no puedes huir; el viaje se hubiera antojado eterno. Hacía cara de haber dormido poco y aparentaba estar como de vuelta de todo. Hay que ver, cómo pasan los años y qué poco me cuido. En fin, creo que me he dado un poco de pena. Y a mí también.

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Suscribirse a Entradas [Atom]