lunes, febrero 27

 
hombrepordioscoñoya...
Tengo dos vidas paralelas, una es real, y la otra virtual. En mi vida real soy una persona del montón, con una familia común, un empleo normal en una empresa de lo más usual; tengo un plan de pensiones tan triste como lo será mi vejez, y follo poco. En mi vida virtual, acostumbro a ser un irresponsable montón de adicciones que se ha habituado a decir lo que piensa sin pensar lo que dice; me guío por impulsos, me enamoro mucho y follo poco.
Hoy he decidido enviar a una de las dos a la mierda, porque si eres adicto al sexo, quizás puedas soportar una vida follando poco, pero tener dos cuesta más. Bueno, y si no lo eres, también.

sábado, febrero 25

 
No tenía muy claro si disfrazarme de galleta oreo, de cabo de rosas o de coloso de rodas. Como soy pequeñito y no huelo a flores, he decidido cubrirme de chocolate con una ligera capa de bizcocho crujiente y he salido a la calle. Me he cruzado con una comparsa de veinteañeras que iban disfrazadas de parvularias en pañales. Al grito de oeeee-oe-oe-oeeee, se han avalanzado sobre mí y, sin preguntar, me han comido el disfraz y me han dejado tendido en la acera, desconcertado, y en pelotas.
Y la verdad es que ahora no sé si llamar a la policía o volver a cubrirme de chocolate.

viernes, febrero 24

 
Onán
soy la persona con quien más he follado; conozco los ritmos, las cadencias, los roces, las palabras que me faltan, los sentimientos que escondí entre las caricias, los besos, el morderse los labios por no hacerme daño. Me hicieron de la misma tela que esta maldita entelequia que me oprime el corazón. Me envuelvo en el olor de mi piel, en el cambio de color de mi propia textura, en el sabor de mi sangre. He aprendido a comprenderme, a escucharme, a obedecerme. Me hago tanto caso que a veces me muero de placer. Me embarga el gusto. Malo y bueno. A veces hasta los dos al mismo tiempo. Y no me echo de menos, ni me echo de más; tan sólo lo justo y necesario. Cuando me busco, estoy a mi lado; aunque no me conozca pasivo ni distante, me hago feliz follándome. Lo sé porque me miro en el espejo a los ojos; y me corro. Nadie como yo ha sabido tocarme. Lástima que sólo tenga dos manos y una boca que no alcanza nunca a donde que tiene que llegar.
Hoy he puesto una piruleta al trasluz y he visto el arco iris. El problema es que tendré que seguir mirándola el resto de mi vida, porque ahora creo que me daría pena comérmela.
Coco, 24 de Febrero de 2006, pero por la tarde.

jueves, febrero 23

 
Esta noche...
Esta noche la luna se ha disfrazado de nube, y las nubes de corazón. Y no entiendo porqué tiene que cambiar su apariencia la luna, no sé si se siente sola y quiere llamar la atención o sólo pretende pasar desapercibida. La gente se confunde con la acera, las vidas se camuflan como si fueran mimos sin sonrisa, y mi alma baila con el rimel de tus labios. La cera de las velas emboza el candelabro de su color de rosa mientras mi corazón se esconde en un cajón del armario. Me disfrazo de ti y juego con la sombra de tu boca en mi cuerpo.
Vaya, creo que ya estamos en carnaval. Y cuando no tengo disfraz que ponerme, me salen las idioteces de siempre.

Cocolain.

miércoles, febrero 22

 
A veces.
A veces un bareto es un palacio y nunca falta espacio si me arrimo a tu corazón. A veces no sé acabar los crucigramas si tu alma se divide en verticales de dos sílabas que empiezan por la misma letra que amar. A veces todos los días parecen ser el cuento de nunca continuar. A veces el olvido está tan cerca que lo auyentamos con las manos y lo besamos con los dedos, sin que podamos verlo. A veces es inutil hacer de estrella fugaz para escapar de la noche de uno mismo; y verse con ojos prestados, y olerse con nariz de luna limpia; a veces no hay forma, ni fondo. A veces hay que darse tantas ostias para madurar que puedes sentirte cansado. A veces te comería el piercing, pero prefiero perderme en el mar de tu abrazo, en el cuadro de tu sonrisa, en la brevedad de tu horita pa comer; en tu mirada, que es un regalo sin lazo; en tus cuentos, en tus viajes a Túnez, en la ropa que se te ha engordado; en tu disfraz de desamparo. A veces nos abrirmos en canal entre la camarera que se pinta el bigote con sombra de ojos y los camioneros que te miran la gomilla del tanga de color rojo. A veces no me gustaría estar en el pellejo de quien tenga un ángel que se la guarda, pero sin duda, lo tendrá bien merecido.
Querer más de la cuenta puede salirle caro: enamórese con moderación.
Es un consejo de la dirección general de tráfico del corazón.

lunes, febrero 20

 
Porque...
Porque para vivir en el barrio de la alegría,
antes deben remendarse los sietes
que se hacen al jugar a billar en el alma.
Porque para llegar a casa,
antes hay que apagar el corazón,
como si fuera un cigarrillo,
en la palma de la mano.
Porque para volver a empezar
antes hay que acabar con todo.
Y bien acabado.
Porque para volver a vivir,
antes hay que volver a nacer.
Porque para ganar,
antes hay que aprender a perder.
Porque es preciso caer
para volverse a levantar.
Porque tengo que mojarme
para que vuelvas a llover sobre mi.
Porque hay que despertar
para entender que
te estaba soñando;
porque hay que aparcar la razón
para envolver en celofán el corazón.
Porque uno sin uno,
a veces, son demasiado.
Porque para que salga el sol,
antes hay que sobrevivir a la luna
y a la noche.
Porque dormir sin ti es congelarse los pies;
es frio al cuadrado.
Porque para vivir en el barrio de la alegría,
antes hay que querer dejar,
de una puta vez,
la calle melancolía.

viernes, febrero 17

 
Desde hace unos días me dedico a robar sonrisas. Suelo elegir a mis victimas entre los que circulan despistados por la calle, juegan en el parque o compran en el supermercado, no importa; lo que sí miro mucho es que no me conozcan de nada, para que luego no puedan denunciarme. Cuando le echo el ojo a algún incauto transeúnte, lo sigo con disimulo, intentando pasar desapercibido, esperando con paciencia hasta que se dé el momento idóneo para perpetrar mi crimen. Cuando todo encaja, me planto delante suyo improvisando un gesto de alegría, curvando la boca hacia arriba como si me la hubiera pintado un payaso; levemente y sin emitir ningún sonido. Entonces sonrien y yo aprovecho para quitarles la mueca y salir por piernas. Ahora tengo la casa llena de sonrisas, y cada vez que entro me da la sensación de estar viviendo con la familia del gato de Alicia en el pais de las maravillas.

jueves, febrero 16

 
Hay días.
Hay días que no me apetece nada escribir, porque tengo la cabeza tan vacía como el alma, y el corazón tan en volandas como la vida. Y soy rehén del sueño, pero por saber de ti podría pasarme la noche en vela. Una vez lei una novela donde el tiempo se medía en sueño-velas. Los personajes vivían dentro de una enorme nave espacial controlada por automatismos que encendían y apagaban las luces, siempre a la misma hora; ellos no eran conscientes de estar viajando por el espacio; ese era todo su mundo y toda su vida, marcados por el ritmo de dormir-despertar. Excepto el protagonista, que se revelaba y negaba a aceptar el orden establecido; decidió no dormir y murió en el intento. En cierto modo, la tierra es como una nave espacial gigantesca que viaja constantemente rumbo a ninguna parte. Yo nunca he sido protagonista de nada, ni quiero serlo, sólo quiero dormir a tu lado y soñar que estoy despierto.

miércoles, febrero 15

 
Cuando era pequeño, pensaba que un caramelo era la única razón por la que merecía la pena vivir. Si conseguía uno lo miraba durante días sin atreverme a sacarlo del envoltorio. Si pones una piruleta al trasluz puedes ver el arco iris. Si te la comes no.
Ahora ya no me van los caramelos, pero no puedo evitar tener ese mismo sentimiento hacia las personas. Me embobo mirándolas a trasluz para ver su arco iris, sin atreverme a sacarlas del envoltorio. La diferencia con los caramelos es que si te comes a una persona, sales en los periódicos.
Aunque si lo que consigues es saborear su alma, se te queda cara de idiota sonriente el resto de tu vida. Yo la tengo, pero sin sonriente.
----------
Hoy me sentía solo y un poco cansado de todo; así que he decidido comerme un bocata en la calle. Como los abuelitos, que hay que ir haciéndose a la idea; sentado en un banco de madera, al sol, por si el calorcillo y la brisa conseguían centrifugarme el alma y separaban la mala leche del resto de mi ser.
Supongo que ahí tirado, tenía una pinta tan patética, que una morenaza-bombón se ha parado, me ha sonreido, me ha dado esto, y me ha deseado feliz San Valentín:


¿De verdad doy tanta pena?

martes, febrero 14

 
Besos en la frente...
me despierto temprano, con sueño, sin recordar exactamente qué debo hacer hoy, pero con el presentimiento de que todo irá mal. Es 14 de Febrero y resulta que desde que empecé BUP me habré enamorado unas tres veces al día, lo cual quiere decir que hoy debo enviar más de 29,500 ramos de flores. Me presento en interflora dispuesto a hacer el pedido, pero me atiende un señor muy pasota que al principio cree que le estoy tomando el pelo y empieza a hablarme en un tono como de estar mosqueado conmigo. Y su cabreo va en aumento cuando me pide las 29,500 direcciones y yo le digo que un momento, que así, en frío, pues no me acuerdo. Creo que ha llegado al clímax del enfado cuando le he comentado que además no sabía cuánto gastarme en cada ramo. Furibundo, ha descolgado el teléfono para llamar al almacén, asegurándome que ya no quedan flores para encargos de última hora; ha preguntando por el mozo y le ha comentado el tema, le ha recomendado que lo mejor sería enviar 29,500 sms con el icono de una margarita etrusca. Le digo que si están locos, que los etruscos no cultivaban margaritas, se las comían; que por quien me han tomado, que yo tengo un blog, y me he apuntado a diccionariospuntocom, que no saben con quien están hablando. El pasota me ha dado la espalda, se ha tapado las orejas y ha chisclado alto moviendo la lengua. Así que, contrariado y algo desesperado, he salido corriendo a la calle pidiendo a gritos una floristeria de barrio. De repente, diecisiete activistas del Green Peace han saltado sobre mí, se han encadenado a mi cuello, me han pintado de verde y han gritado consignas contra quien pretendiera (o pretendiese) destruir la biosfera: "tú, cabrón, las flores tienen corazón". Les digo que sí, que enviaré tono o politono "salvad_a_wally_de_una_puta_vez_coñoya" al 902543543, que yo tambien me apunto. Así que vamos todos a una, como Fuenteovejuna: rompemos las lunas de un mac donalds y pintamos de verde la fachada del corte inglés de Plaza Catalunya. Luego viene un regimiento de señoras de azul, con sendos mochos y cubos, nos limpian la sonrisa, la pintura y los mocos; y el mundo sigue girando. Sólo que nos hemos convertido en mártires, hemos sentado un precedente y, a partir de ahora, cada 14 de febrero, además de los que venden flores, se forrarán los fabricantes de lunas de escaparate y los mayoristas de sprays de pintura verde.
----------------
Besos en la frente ( J.Sabina - P.Varona)
Las gafitas de las pecas,
con complejo de muñeca desconchada
frota su cuerpo desnudo
contra el lino blanco y mudo
de la almohada.
Invisible entre la gente,
condenada a ser decente,
según fama
que del cuello le colgaron
los que nunca la invitaron
a su cama.
Cuando agoniza la fiesta
todas encuentran pareja
menos Lola
que se va,
sin ser besada,
a dormirse como cada
noche sola.
Y una lágrima salada
con sabor a mermelada
de ternura
moja el suelo de su alcoba
donde un espejo le roba
la hermosura.
Nadie sabe cómo le queman en la boca
tantos besos que no ha dado,
tiene el corazón tan de par en par y tan oxidado.
Ojos lujuriosos de hombre
que en el último metro buscan y desean
nunca miran dentro del escote de las feas.
Besos en la frente,
besos en la frente le dan;
besos en la frente,
nadie trata de ir más allá...yo quise probar.
Yo que, en cosas del amor,
nunca me he guiado porlas apariencias,
en su cintura encontré
una mariposa de
concupiscencia.
Las más explosivas damas
me dejaban en la cama congelado
-"ten cuidado al desnudarme,
no vayas a estropearme
mi peinado"
-Lola sí que lo ha comprendido,
por caminosescondidos ha buscado
el agua que mana el oscuro manantial del pecado.
Y aunque me ha dejado marcado como un mapa
de arañazos en la espalda
nunca hallé tanto calor como bajo su falda,
y le he pedido "vente conmigo"
aunque la peña
diga "tío, que mal te lo montas",
harto como estaba de tanta
guapa insípida y tonta.
Paso de la falsa belleza
igual que el sabio
que no cambia París por su aldea
y me abrazo a la verdad desnuda de mi fea.

lunes, febrero 13

 
A veces.
A veces creo que eres un sueño,
cuando te dibujas un corazón
de rotulador en el pecho,
cuando te burlas de mí
y me sacas la lengua.
Cuando nos desnudamos,
en la distancia,
sin rozarnos las piernas;
cuando nos secuestra el deseo,
sin quitarnos la ropa.
A veces sé que aunque me pierda,
me encontrarás cuando quieras,
habré esparcido mis migajas,
camino de ninguna parte.
Estaré en un rincón, soñándote.
A veces me enamoro de tu lado oscuro,
del que más reluce,
y me hace perder el rumbo.
A veces vivo pegado
a los besos que no me has dado,
a las caricias que no hemos rozado,
al aliento que no hemos compartido,
a los paseos que no hemos andado,
juntos; solos; de la mano.
Algunas veces, cuando hace frio,
y cala, como hoy,
como mañana, ayer o pasado;
y hace que no sé de ti, tanto;
y suena sabina, roto en los cascos.
Estas veces, creo que te he soñado.

viernes, febrero 10

 
No follar adelgaza.
La carencia de hambre adelgaza, la de sexo también. Simplemente, lo que se necesita es:
1. ir de culo y disponer únicamente de diez minutos para comer (quesíquesíqueyavoy).
2. contar tan solo con un euro (ostiaputayelcambiodeayer?).
3. dirigirse a la máquina dispensadora concentrando el pensamiento en su sandwich preferido: "número 7: lechuga, jamón y queso". Salibar como el perro de Paulov y repetirse una y otra vez, hasta el infinito y más allá: "número 7: lechuga, jamón y queso".
4. que justo cuando inserte su única moneda y esté a punto de marcar la opción de su sandwich preferido ("número 7: lechuga, jamón y queso"), una rubia-bombón-novestasesentanoventa que está esperando detrás suyo, le clave en el hombro una teta.
5. Por arte de birlibirloque se pierde el universo de vista y uno se despierta hallando en su propia mano, donde se supone que debía estar el ansiado "número 7: lechuga, jamón y queso", un orondo "número 69: chicles trident de fresa".
En qué estaría yo pensando...

miércoles, febrero 8

 
Hoy, en el metro, se ha sentado a mi lado una chica. Debía tener más o menos mi edad, parecía simpática, aunque no sonreia; era pelirroja, con media melena y un gorro de lana. He estado un rato contemplándola a través del reflejo en la oscuridad de la ventana, hasta que he visto que jugaba con el móvil y la curiosidad ha podido más que la timidez. No jugaba, repasaba sus sms; eran unos poemas cortos preciosos y sin darme cuenta, me he embobado leyéndolos. Cuando lo ha notado, ha tapado la pantalla con la mano y me ha dirigido una mirada de reprobación y disgusto. Entonces he sacado mi móvil y le he enseñado los mios:
- "Compra pan".
- "Recoge a los niños".
- "No hay agua".
Ha cambiado la expresión huraña por otra de pena, me ha pedido el número y me los ha enviado todos. Me lo he pasado muy bien leyéndolos, pero no me atrevo a borrar ninguno, así que supongo que en cuanto se acabe de llenar la memoria del móvil, tendré que guardarlo en una estantería de la librería y comprarme otro.

martes, febrero 7

 
La tecnología.
Cuando era pequeño, mi abuelo tenía un aparato de radio que se me antojaba inmenso. Ocupaba el rincón más importante del salón, y tenía en el frontal unas teclas blancas de nácar que me encantaba presionar; cada vez que empujaba una, las que estaban hundidas previamente saltaban emitiendo un leve chasquido. Yo jugaba a colocar la nariz cerca para que rebotaran contra ella; hasta que un día me la pellizqué; salí corriendo en busca de ayuda, caí sobre mi hamster que andaba de excursión, y lo aplasté. Fue un funeral trágico, lúgubre y triste, aunque solemne. Tiré de la cadena y no dije una palabra a nadie, no hubiera sabido como explicarselo a mis padres. Así que fue el pobre gato quien cargó con toda la culpa, estuvo dos meses sin poder subir en su sillón favorito. A mí, la radio me distanció de mis padres; y de mi gato.
Y fue a raiz de esa historia que pienso que a las generaciones no las separan las ideas, las costumbres ni las convicciones; sino la tecnología. Me pregunto cómo nuestros padres sobrevivieron sin estar conectados, sin tener tanta información al alcance de sus dedos, sin poder contarle a alguien que está en la otra punta del mundo lo que no confesarían a su mejor amigo, a su pareja, o a su amante; ¿cómo se lo montarían sin internet?. ¿Y nuestros abuelos sin televisión? Y ¿qué pensarán nuestros hijos de nosotros?
Otro cambio generacional que ha promovido la tecnología es que hoy puedes saber cómo se llaman las empleadas de los centros comerciales. Un gran avance. A ver si pronto, en la solapa, debajo del nombre también ponen el número de teléfono.

Se llama Sonia V. y debe rondar los veintypocos. Lleva un traje chaqueta azul oscuro que le cuelga por la sisa y una camisa ceñida que se abre entre los botones cada vez que se inclina sobre el teclado. El sujetador es blanco con rayas que un día fueron azules. Debe ser el que llevaba en la primera comunión. No va maquillada, pero se pinta los labios de un morado intenso, a juego con las uñas, y no hará mucho que se ha insertado un piercing en la lengua, porque aún juega a aprisionarlo entre las paletillas y da pequeños respingos, como si le doliera. Me ha sonreido al saludar y yo, como siempre, me he enamorado. Bueno, sólo un poco, justo hasta que le he dicho que había ido a recoger una entrada para el concierto de Simple Minds, y me ha mirado de arriba a abajo al tiempo que arrugaba la nariz. Se me ha caido el amor patas abajo, me he mosqueado un poco, he vuelto a perder la autoestima por enésima vez, y me he pasado el resto del día dándole vueltas al porqué de la mueca de desprecio. Y he estado así hasta que mi mirada ha caido por casualidad sobre la entrada, y lo he visto todo clarísimo: aparece una foto del grupo, y a simple vista nadie podría distinguir si se trata de Bigote Arrocet de borrachera con Chiquito de la Calzada o de una pandilla de gamberros tísicos escapados de un geriátrico público. De forma que no se puede culpar a la pobre Sonia V., yo también hubiera arrugado la nariz si alguien me hubiera pedido una entrada para el concierto del abuelo autista de Tutan Kamon (o Sarita Montiel, que vendría a ser lo mismo).
Y es que no son las costumbres, ni las ideas, ni las convicciones las que separan a las generaciones; sino la tecnología. ¿Quien tuvo la genial idea de poner fotos en las entradas? ¿Ein? Ahora no sé si voy a un concierto de Pop o a una muestra de fósiles del paleolítico inferior huidos de una carcel turca. Y yo que estaba preocupado por si se me morían los Eagles en el escenario. ¿Alguien sabe si alquilan balones de oxígeno por horas? Más que nada porque no me apetece mucho hacer el ridículo al quedarme solo en la pista saltando en mitad del dontyouforguetaboutme mientras la UCI movil hace acto de presencia en el escenario y la policía desaloja el local. Hombrepordioscoñoya...


domingo, febrero 5

 
Te observo cuando llegas: dormida, huraña, traviesa, perdida, risueña y sarcástica. Peinada aunque descompuesta. Me diriges una de esas miradas de odio que tanto añoro. Tu cuerpo se ondula sobre mí, tu nariz roza la mia, las pupilas se encuentran y enmudecen. Los corazones se dilatan. Despacio, poco a poco, acaricias mi piel; suavemente al principio, como con una pizca de inseguridad, pero pronto siento tu fuerza y me rompo impregnando cada rincón de mi alma en las yemas de tus dedos. Me abres, me abro. Para ti. Coges lo mejor que hay en mi corazón; y también lo peor. Me entrego a ti, al embrujo de tus manos. Y ese instante me eleva porque crees absolutamente en todo lo que te digo. Algo insólito, casi mágico. No te fiarías de tu padre, pero confias ciegamente en mi. Ahora. En nadie más que en mi; en una caja registradora.

sábado, febrero 4

 
Nanit.
Echándote de menos.
En la terra humida escric:
nena, estic boig per tu,
em passo els dies esperant la nit.
Sau.
En la tierra húmeda escribo:
nena, estoy loco por ti,
me paso los dias esperando la noche.
Sau.

viernes, febrero 3

 
Pregúnteme como.
Hoy he visto en el metro a una señora delgada que vestía muy elegante; tenía las piernas estilizadas, la piel muy blanca y cuando ha saltado para coger velocidad en las escaleras mecánicas, parecía que se iba a romper como si su esqueleto fuera la cáscara de un huevo. Se ha girado un instante y he visto que llevaba una pegatina en la solapa que rezaba: "PIERDA PESO. PREGÚNTEME COMO". Me ha parecido que le quedaba muy propia, y que si yo quisiera adelgazar, le pediría consejo sin vacilar.
Luego me ha dado por pensar qué es lo que podría ponerme yo como etiqueta en la solapa, y la verdad es que estoy hecho un lio porque me han salido varias opciones:
"PIERDA LA AUTOESTIMA. PREGÚNTEME COMO"
"PIERDA LA FE. PREGÚNTEME COMO"
"PIERDA LA POYA. PREGÚNTEME COMO"
"PIERDA AMIGOS. PREGÚNTEME COMO"
"PIERDASE. PREGÚNTEME COMO"
Estoy contento porque, eso sí, todas acaban en "PREGÚNTEME COMO".
Por otro lado, estaba dándole vueltas a hacerme uno del rollo: "FOLLE POCO. PREGÚNTEME COMO". Pero me temo que hay cosas tan evidentes que sobran los letreros.
Incluso, no sé, igual se podrían hacer versiones para políticos:
"PIERDA CREDIBILIDAD. PREGUNTEME COMO"
"PIERDA EL TIEMPO EN EL CURRO SIN PERDER EL EMPLEO, PREGÚNTEME COMO"
"PAREZCA GILIPOLLAS. PREGUNTEME COMO".
Me muero por saber qué escribirías tú en tu pegatina. ¿Hace? Anda, dí que sí.

jueves, febrero 2

 
Almuerzos en vuelo charter
sin café, con menú
sin comida.
Por no hablar de sentimientos,
que se convierten en cascada,
que brotan y se deshojan
como mueren las margaritas.
Y que sus ojos son
casi todo para mi,
que es casi nada;
para mi ángel de la guarda,
que si eres feliz,
yo también lo soy y era.
Y como ya no tengo
edad de enamorarme,
de nada, ni de nadie;
en lugar de llorar,
o tumbarme en el pasillo a patalear,
buscaré una libreta,
un bolígrafo bic,
me haré una traqueotomia
de dialéctica
y empezaré este post.
Si algún día lo acabo será
tuyo,
me meteré en la cama,
pensaré en tí
y ahuecaré la almohada
con lágrimas que nadie más pueda ver.
Y si un día te da por leerlo,
por favor,
guardame el alma.
Te cuelga de un bolsillo,
es eso que parece un moco.
Eso que te mira
y se enamora de tí
poco a poco.

miércoles, febrero 1

 
Amnesia.
Hace años, ví una película donde el protagonista salvaba a una chica de morir ahogada; le practicaba una traqueotomía. Estuve una temporada que, fuera a donde fuera, siempre llevaba encima una navaja suiza y un bolígrafo bic; por si acaso. Yo soy así, a veces me da por prepararme para situaciones que es imposible que sucedan. Será por eso que siempre voy duchadito y con los calcetines planchados, pero ese es otro tema.
Semanas atrás, leí en el suplemento del periódico que es posible evitar un cuadro amnésico grave a alguien que acaba de sufrir un shock, o un golpe fuerte. La clave está en actuar con rapidez y ayudarle a recordar de inmediato cosas sencillas, que le sean familiares; como su nombre, su residencia o algo similar.
Así que, cuando el otro día Ramón remató de cabeza una señal de stop de acero de ley galvanizado, que algún liliputiensecabrón había colgado de una farola a metro y medio del suelo, justo sobre la acera (hay que ver, tambien es mala suerte, para una vez que el pobre me estaba mirando a los ojos mientras dábamos un paseo, como si entendiera lo que le estaba contando, hay que joderse); lo primero que hice fue arrodillarme a su lado para comprobar que tuviera todos los piños en su sitio y que la herida no fuera tan profunda como para que se desangrara antes de que llegáramos a la UVI. Luego le ayudé a incorporarse. Y se quedó ahí sentado en el suelo, abriendo y cerrando la boca, como mi pez de colores, pero sin pecera. Y me preocupé un poco, porque con Ramón pasa como con los hamsters: al princípio dan un poco de asco, pero con el tiempo les acabas cogiendo cariño.
Así que, con mucha calma, controlando perfectamente la situación para que no cundiera el pánico, le dije:
- ¡¡¡¡¡Vaya ostión tioooo!!!!!!¡¡¡¡peronolahasvisto!!!!!¡¡¡¡¡¡pahabertematao!!!!!!!!
A lo que él contestó:
- glglglglglglgljoputasdldldldlayuntamientoglglglglgl...
Justo entonces recordé el artículo del suplemento dominical y pensé que más valía prevenir que curar, arqueé una ceja y pregunté con voz serena:
- Vamos a ver, concéntrate, piensa, dime: ¿quién eres? ¿cómo te llamas?¿dónde vives?
Y él, intentando encajar de nuevo la mandíbula en su lugar y flexionando las rodillas para ponerse en pie, respondió:
- Desde luego Rullé, mandangüevos. Me pego yo unaostiaquetecagas, y resulta que eres tú quien pierde la memoria...

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Suscribirse a Entradas [Atom]