miércoles, abril 12

 
Sobre la espantosa (que no insoportable) levedad del ser.
Hoy la tarde se tiñó de rojo y gualda, y al mirar al cielo pensé en lo insignificante que soy. Claro que también pensé exactamente lo mismo ayer, cuando llovió, un coche pisó un charco y me puso perdido de barro. Creo que me estoy cansando de lo insignificante que soy. Voy a empezar a reflexionar seriamente sobre la infinita y eterna expansión del universo. O en suicidarme. Mañana me acercaré peligrosamente a una tele-operadora de Movistar y le daré conversación. 

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Suscribirse a Entradas [Atom]