sábado, diciembre 31

 
Siempre pasa igual, cuando uno se decide a reclamar, o ha caducado la garantia, o no se encuentra el ticket de compra.... ¿Dónde dejaría yo el del 2005?

jueves, diciembre 29

 
Hoy...
Él empuja la silla de ruedas y ella sonrie al mundo sin mirar. Se llaman con gritos que no cesan, inconexos, a destiempo, en la estima, sin que nada tenga más sentido que lo que nadie, salvo ellos mismos entiende. Él se inclina sobre su hombro y acaricia con los labios una melena escasa y rancia que ya amarillea; cierra los ojos y susurra algo que la hace reir. Al ritmo del roce, ella muestra una cara sin dientes y se aferra a su nuca con esa mano que aún responde. Imagino que esta noche vendrá el bajar de la silla, el desnudarse tras la cena, el rodar sin caer de la cama, el hacerse pis en la almohada.
Pero ahora, con un sol rojo que deslumbra, los coches forman una fila india perfecta y pitan como locos al verlos bajar de la acera; estaba en obras.
La impaciencia de los nerviosos, la conjura de los necios; de los que están demasiado lejos como para ver lo que de verdad vale la pena.
Él empuja y hace ver que no oye; ella sonrie al mundo sin mirar.
Hoy he visto el amor aferrado a una silla de ruedas.

miércoles, diciembre 28

 
Por si no acabo el año follando, intentaré hacerlo corriendo. Sí, estoy como una chota; pero no es esa la única prueba concluyente, también tengo una entrada para el concierto de los eagles del 23 de Mayo del 2006; y esto sí que es para que me aten, porque nadie me ha jurado por sus muelas que para entonces estarán todos vivos, y mira que tienen todos los números de palmarla. Yo y mi adicción a invertir en anécdotas, por si crecen ... ¿como los enanos?

Post tonto. Que nadie busque excusas, es que yo soy tonto.

martes, diciembre 27

 
Aunque...
Aunque hayan sido las mismas palabras, el mismo discurso, las mismas situaciones de cada año pero vistas bajo otra sombra de ojos, con gafas distintas, en otras circunstancias. Aunque la tia Marisa siempre cante bingo, y eso que antes el cartón iba a cien pesetas y ahora a un euro (vamos, como el pan). Aunque mi padre siempre diga que estamos malcriando a los niños con tanto juguete, que él se autoregalaba pistolas que él mismo hacía con pinzas de madera; jugaba al futbol con chapas de cerveza y, una vez, le regalaron un caballo de cartón que se derritió bajo sus propias lágrimas el primer día que llovió, porque no había sitio en casa y tuvo que dejarlo en el balcón. Aunque la tía Elvira comiera el pan de quince días, que enterraba bajo tierra para ablandarlo, cuando se iba a la vendimia. Aunque mi madre se haga cruces ante tanto desperdicio, que con lo que nos ha sobrado hoy comerían muchos de los que viven sin techo. Y aunque le dé por recordarnos en el postre que su padre, el que luchó en el frente de marruecos con los republicanos, se tuvo que ver ante un pelotón de fusilamiento y hacerse pasar por muerto; de cómo los moros sodomizaban los cadáveres y les mutilaban los miembros para comprobar que estaban bien muertos; de cómo sobrevivió más de cinco semanas comiendo pastillas de jabón y bebiendo sus propios orines. Aunque mi abuela, que ya no se entera de nada, siempre ria y me abrace, como si yo acabara de nacer. Aunque te he echado de menos y he intentado disimularlo. Aunque me haya sentido como el hombre elefante en una película de Almodovar, creo que este año también he sobrevivido a la navidad.

sábado, diciembre 24

 
Hola, soy coco, feliz Soledad.
Dicen que cada vez que un niño es feliz sobre la tierra, un ángel gana sus alas en el cielo. Si yo fuera un niño y vosotros/as mis ángeles, vuestras alas serían la envídia del firmamento.
Gracias por vuestros comentarios, vuestra compañía, y por hacerme sentir cada día como si en mí existiera aquel niño que nunca fui.

 
He...
He recibido la visita de un sueño que huele a bombón. A veces se pone gafas de pasta y me mira con aire interesante, despeinada, sonriendo; me cuenta cosas divertidas y me enseña su colección de muñecos articulados y su guardarropa más querido. Me encantaba ver cómo se prueba camisetas de dibujos animados porque los muñecos parecen bailar claqué al compás de sus propias carcajadas, y el silencio que normalmente me rodea se acaba fundiendo en negro, como si fuera una colección de quesos de diseño para gratinar.
Pero nada es perfecto, y como tengo esa tonta adicción a irme a dormir a las quinientas, he descubierto que sólo aparece cuando le da por tomar café y se desvela. Y mira por donde, justo cuando me había decidido a llamar a Juan Valdez y sus mulas para hacerles un encarguillo, he tenido la feliz idea de contarle con quien se estaba mezclando. Cuando lo supo se llevó las manos a la boca, horrorizada, dijo que lo sentía, que se había confundido, y salió corriendo tan deprisa que cuando cierro los ojos aún veo rastros rojos de gomillas de tanga. Bueno, hay que reconocer que a veces, soñar no levanta la autoestima pero despierta.

jueves, diciembre 22

 
Soy...
Soy un libro abierto justo por la mitad. Mi pasado se desparrama hacia la izquierda y el futuro me espera a la derecha; como su viva imagen en el espejo pero pintada al revés, en decadencia. He doblado la esquina de la hoja que he leido hoy, para poder encontrarla de nuevo cuando el futuro me duela, cuando decidas olvidarme en la estantería de la buhardilla. Así recordaré que he de sonreir y aparentar que veo la vida medio llena. Me encanta que me arranques sin avisar de la librería, que deslices tus dedos por mi lomo, tu mirada entre mis páginas, que escribas en ellas garabatos, dibujos de tus sueños. Que marques con lirios de muerte mi piel, con pensamientos y azucenas mi alma; con siemprevivas mi corazón. ¿A que va a resultar que soy un libro de botánica?

miércoles, diciembre 21

 
Hoy...
Hoy la mirada vuela más allá del recuerdo y del cristal de la ventana. Detrás, la oscuridad es tremenda y convierte en trozos de espejo esta especie de muro quebradizo que me separa de la realidad y que se empaña, intermitentemente, al compás de mi aliento. Me cuento las canas, las arrugas, los labios secos, la barba incipiente, el culo tuerto; y se precipita sobre mí todo lo que, un día, se fue para no volver. Me jode. Sonrío. Es un tic que tengo, supongo que intento engañarme pensando que así se pueden evitar la pena y la rabia.
Al poco tiempo de nacer aprendemos a sonreír, luego lo olvidamos; más tarde lo retenemos de nuevo en la memoria; no sabría decir porqué; un día descubres que si haces clic, te devuelven la sonrisa, y ya no puedes dejar de hacerlo.
Me acuerdo de mi madre inclinada sobre un plato inmenso, cortando rabitos de judías verdes. Después de hervirlas con las patatas, las peinaba cantando ayudándose de un tenedor desdentado. Tenía mis iniciales. A veces dibujaba una flor, otras hacía carreteras en espiral; yo luego no me atrevía a comer por no borrarlo. Y recuerdo a mi padre colmando de coñac a granel el último té del día y buscando una cajetilla de "Rex" que probablemente mi abuelo le habría birlado. De la estufa de leña al rojo vivo. De lo que duelen las astillas que se clavan en los dedos. Del frío húmedo y rasposo de unas sábanas amarillas y rancias. De la bolsa de goma con forma de perro que llenaban con agua hirviendo y amanecía congelándome los pies. De los sabañones. De los jerséis de lana que picaban como si tuvieran costuras de cristales. De los regalos de navidad que nunca pedí: las libretas, los bolígrafos, el estuche, la goma, el sacapuntas, los libros de texto.
Me acuerdo de ti y de cuando nos perdíamos en el cuarto oscuro para revelar trocitos de vida, en blanco y negro. De nuestra soledad compartida, de nuestro silencio irrompible, de cómo aguantabas la respiración al hacer la exposición, del rojo de la bombilla sobre tu piel. De tu pupila gigantesca cuando levantabas la lupa del papel. De esa sonrisa de satisfacción al ver aparecer las primeras manchas grises. De los roces inesperados en aquella estrechez. Del juego de la oca y del tiro porque me toca de las frases mudas.
Te fuiste sin pedir permiso. No sé porqué me pilló tan a contrapelo si siempre hiciste lo que quisiste: “si quieres a alguien debes dejarlo volar”.
Hoy, las miradas vuelan y, como tantas otras veces, aceptaremos vacío como animal de compañía.
El coco ha comido: chismes, risas, roces, juego, miradas irrepetibles, mucho vino cosechado cuando aún teníamos pelo y un postre compartido. Vamos, la típica comida de navidad.
Mientras escribia este post, el coco oía:

Last Good Day Of The Year. Cousteau. (Gracias a Fermenta)
don't tell me
that you get sick of living
when the summer's so forgiving
although we have stolen
all of the things that we thought we had owned
then have disappeared
all these things in flavour
won't do you no favours
when the summer's light
is fragrant with scents of returning
you relent, you resent,
now you're burning
for nothing to change....
there's something there...
(amongst the fallen fruit and flowers)
won't rest
(only minutes, only hours)
unless
(now the morning breaks in showers)
I guess we'll remember this all of our lives
on the Last Good Day of The Year
all the leaves are turning
Autumn's fingers burnished
furnished here in hope
and in faith in the mean time
kinda working my way through a dream
I was having alone
there's something there...
(amongst the fallen fruit and flowers)
won't rest
(only minutes, only hours)
unless
(now the morning breaks in showers)
I'm left
with the North Wind breathing down my neck...
on The Last Good Day of The Year.....
(don't know where I end and where you begin...)

lunes, diciembre 19

 
A veces nos cosemos la boca con agujas de ojo invisible y con hilos transparentes, así nos seguramos de no abrirla cuando no debemos; duele, pero mucho menos que las muecas rotas de los que queremos.
Y las palabras se convierten en silencios. En instantes de efímera calma. En pellizos que vuelven más tonta y más necia al alma; en inyecciones que anestesian los sentidos.
El amor, a veces, amordaza, secuestra y no pide rescate.

sábado, diciembre 17

 
Dicen...
Dicen que en un diálogo cara a cara, el 7 por ciento de la información llega a través de las palabras, el 38 por ciento mediante el lenguaje paralingüístico (volumen, tono y ritmo de la voz) y el 55 por ciento restante se transmite con ademanes y gestos faciales. Por eso, a veces te susurro que no te quiero mirandote a los ojos y me comes a besos. El problema fue que ayer, mi voz no tenía tono y tu mirada buscaba la luna a través de una cortina de humo que todo lo cegaba.

jueves, diciembre 15

 
La señora Tan...
La señora Tan anda siempre encorvada y apretando los ojos, como si hubiera perdido algo importante; tiene una sonrisa contagiosa y cuenta historias sin mover la boca; cada arruga es una pena, dice ella, "¡así que paga y no me dés más!", y mueve mucho las orejas al reir, como si alguno de sus ancestros hubiera tenido un desliz inconfesable con un paquidermo. La verdad es que eso le da una aire mucho más distinguido que cuando suelta carcajadas por la nariz y le salen pompas de color verde.
Me divierte moverme entre las estanterías de su tienda; huele a arándanos secos, a incienso rancio, a juguetes de lata con resorte, a zumo de sobre y a melocotones de broma. Lo que más me gusta es abrir la puerta y verla hacer ¡click!, como fotografiando a quien entra con una sonrisa. Me repasa de arriba a abajo y se rasca la nariz.
Saludo y me pierdo entre figurillas que tienen ojos flotantes, labios baratos de duquesa en Marbella y pedestales de cartón. En la esquina, una ballena lanza chorritos azules sobre su propia cola; y del techo cuelgan decenas de paracaidistas pendientes de un hilo. No me decido, estoy entre el sacacorchos-multiuso, la imitación de-trofeo-cacería-cabeza-de-tigre-gnomo, una caja de condones o unos dulces envueltos en papel de celofán con letras chinas. Así que pregunto:
- ¿Qué tal los chicles de canela?
- Mila, aquí llevo mascando uno tol día y no se desgasta el sabol nádená.
- Me quedo un paquete. Y ... ¿qué tal las cajas de preservativos?
- Bien, 36, 12 eulos.
- Ya, 36, ¿no las tienes más pequeñas? ¿cuándo caducan?
- En el dos mil siete.
- ...Bufff...
- Si te caducan, tú los tlaes y no ploblema, nosotlos aplovechalemos de alguna folma... ¡Mi pueblo inventó la técnica del leciclaje antes que nadie!

Y de repente, no sé porqué, me he arrepentido de coger los chicles y me he acordado del sabor raro (pero raro, eh!) que tenían aquellas galletas de arroz que me llevé la semana pasada...

miércoles, diciembre 14

 
Eso...
Ya está, todo arreglado, no hay de qué preocuparse. En esta vida lo único que no tiene solución es la muerte. Y es que, quien tenga problemas con la familia, con la pareja, en el trabajo, folle poco, o sienta que le agobia el futuro, es porque, o está de los nervios, o es completamente gilipollas; como yo. Ni psicólogos, ni médicos, ni pollas: lo único que hay que tener a mano son los espíritus mágicos más rápidos que existen. Chíu-Chíu-que-te-voy-a-levitá-hombrepordioscoñoya.
El coco oía :
Caminando por la Vida, de Melendi. Autor: Carmen Salinas
Huele a aire de primavera
tengo alergia en el corazón
voy cantando por la carretera
de copiloto llevo el sol.
Y a mi no me hace falta estrella
que me lleve hasta tu portal
como ayer estaba borracho
fui tirando migas de pan.
Voy camiando por la vida,
sin pausa, pero sin prisas
procurando no hacer ruido,
vestio con una sonrisa,
sin complejo' ni temores,
canto rumbas de colores
y el llorar no me hace daño siempre
(y) cuando tu no llore (s)
Y el milindri a mi me llaman
en el mundillo calé
porque al coger mi guitarra
se me van solos los pies.
Y este año le pido al cielo ( ay vamonos)
La salud del anterior.
No necesito dinero,
voy sobrao en el amor.
Voy camiando por la vida,
sin pausa, pero sin prisa
procurando no hacer ruido,
vestio con una sonrisa,
sin complejo' ni temore'
canto rumbas de colore'
y el llorar no me hace daño
siempre (y) cuando tu no llores ayy
Y no quiero amores, no correspondios
no quiero guerras no quiero amigos
que no me quieran sin mis galones
No me tires flores
Ni falsas miradas de inexpresion
que no dicen nada
del corazón que me las propone
Porque voy camiando por la vida,
sin pausa, pero sin prisa'
procurando no hacer ruido,
vestio con una sonrisa,
sin complejo' ni temore'
canto rumbas de colore'
y el llorar no me hace daño siempre
(y) cuando tu no llores ayy

lunes, diciembre 12

 
El post:
Últimamente estoy practicando una vieja técnica que consiste en aprender a vivir sin comer. Si me sale bien, seguiré con el tema y conseguiré vivir sin respirar, sin beber, sin dormir, sin rozar, sin oler, sin soñar, sin follar; esto último ya casi; ya. Y así no necesitaré nada de este mundo, ni tendré que ocupar un cuerpo que se arruga y se va pudriendo; podré deshacerme de los pulmones, del corazón, del cerebro, de la nariz, de la piel, de la boca, de la lengua, de las uñas, de los ojos, de los dientes, del pelo; incluso del alma. En cuanto lo consiga, quizás me convenza de que también puedo ser capaz de vivir sin tí.
El coco ha comido:
una lágrima escondida, dos miradas traviesas, tres sonrisas perdidas y mil cristales en la lengua.
Mientras, limpiando con barquitos de papel unos trocitos de té que pintaban mundos de espejo en la mesa, oía:
SAU - BOIG PER TU
En la terra humida escric
"nena estic boig per tu";
em passo els dies esperant la nit.
Com et puc estimar
si de mi estàs tan lluny;
servil i acabat,
boig per tu.
Se molt bé que des d´aquest bar
jo no puc arribar on ets tu
peró dins la meva copa veig
reflexada la teva llum
me la beuré;
servil i acabat,
boig per tu.
Quan no hi siguis al matí,
les llàgrimes es perdran
entre la pluja que caurà avui.
Em quedaré atrapat,
ebri d´aquesta llum;
Servil i acabat,
boig per tu.
Se molt bé que des d´aquest bar,
jo no puc arribar on ets tu
però dins la meva copa veig
reflexada la teva llum;
me la beuré;
servil i acabat,
boig per tu.

A veces me da por ver:
El vaso medio lleno, pero hoy mismo no sabría decir de qué.

sábado, diciembre 10

 
Feliz...
Un día perdí un riñón, otro la autoestima, el páncreas, la felicidad; hace un año un huevo. Hoy me ha desaparecido el ojo derecho entre la estanteria de las Brazz winter adventure y el expositor pirámide multicolor de Lego. Y no me importaría quedar tuerto el resto de mi vida, si no fuera porque se ve todo plano y marea un poco al atarse los cordones de los zapatos.
Me he animado a llamar a objetos perdidos; me han dicho que tienen tantas córneas en formol que tengo menos probabilidades de encontrar la mia que de ganar el gordo de la loteria de Navidad.
De manera que he decidido colocarme en la cuenca una oliva rellena, por si ayuda a ver la vida de otro color; y la he disimulado con un parche pirata, no vaya a ser que no.
Todo me sienta como un traje de cheviot, algo incómodo, porque pica; pero, digo yo que será mejor aguantar un poquito el escozor que ir a corporación dermoestética, que esos, por arreglarte un ojo de la cara, van y te cobran el otro. Feliz...
Reconozco que este post ha quedado bastante surrealista, pero es que últimamente follo poco. Muy bien, encantado, pero poco.

viernes, diciembre 9

 
Hoy
Hoy no duelen los recuerdos, duelen las ausencias, las sonrisas huérfanas, las miradas sin cuencas, las tertulias sin vino y las caricias en los pies de las hojas secas.
Duele vivir sin sello en las cartas, sin libros dedicados, sin fotografias sepia, sin parches pegados de cariños; con las tardes vacias, con mañanas grises repletas de sol, con noches sin luna; duele el sabor sediento y rancio de la resaca.
Hay corazones que eternamente se buscan en la distancia, impulsados por la misma milagrosa fuerza que mantiene a los planetas flotando alrededor del sol, impidiendo que choquen y se fundan en uno; condenándolos a vivir unidos aunque separados, como por una especie de cadena invisible.
Esa misma fuerza me mantiene pegado a tí, sin poder alcanzarte, hasta el fin del tiempo.
Hoy no duelen los recuerdos, duelen las ausencias y las caricias en los pies de las hojas secas.

jueves, diciembre 8

 
¡Felicidades!
La Inmaculada... ¿Concepción?


martes, diciembre 6

 
Esta noche
esta noche la luna tiene forma de cuna y las estrellas dibujan tu nariz en mi espalda, tus ojos en las nubes, tu corazón en mi alma. El viento esparce las hojas, las hace entrar en los portales, colarse tras los felpudos y golpear las piernas de los niños. Quisiera ser hoja seca, cuerpo muerto, alma siesa, y dejarme llevar a donde el viento quiera. Volar para llamar a tu ventana, pegarme a ella, espiarte, besarte en la distancia, imaginar que te huelo. Y dejarme llevar de nuevo. Más sieso, más seco, más frágil, más muerto.

domingo, diciembre 4

 
Vaya.
De colores vivos se pintaba esta noche el cielo: de sonrisas, de estrellas, de renos, de nubes, de escarcha, de prisas, de risas, de moralejas.
Caía la luz del cielo como gotas de lluvia: esa que siempre sorprende sin paraguas, sin chubasquero ni sombrero. Esa que siempre cala, atonta, nubla, desmigaja, amasa, desgrana, limpia, ensucia. Esa que cae, resuelta, como las penas.
Llevo un tiempo buscando las horas perdidas, las sueltas, las dormidas; las que se escriben entre las páginas de los libros que no abre nadie, las que nunca tienen fotos, perfume, ni música de fondo. Pero lo único que encuentro son recuerdos amontonados junto a la lavadora. Y no tengo jabón que les devuelva los colores, ni suavizante que los mulla tanto como para poder saltar sobre ellos sin matarme.
Vaya, creo que ya es navidad.

viernes, diciembre 2

 
Si esto es un momento...(IV)
Hoy he quedado con Ramón a la hora de comer. Necesitaba un poco de calma chicha, así que para evitar lios, he pensado que lo mejor era mantenernos alejados de cualquier cosa que se pareciera a unos grandes almacenes. Conozco un bar cutre donde hacen unos bocatas estupendos y no me ha costado mucho convencerlo. Nos hemos encontrado en un parking que está cerca, a unos diez minutos andando. Ha sido puntual, contra todo pronóstico; parece que su nueva novia está consiguiendo lo que no hicieron las collejas de su padre.
- Rullé ¡qué pacha neng!
- PordiosRamón, que pareces tonto hablando así. Y es Rushé, no rullé.
- Vayaaaa, como estamos hoy... ¿qué pasa, que vas mal follado últimamente?
- Peroquétontoerespordios.
- Si andas en época de sequía, me lo puedes contar, que para eso están los amigos.
- Sequía la de tu cerebro... y a este paso, lo que te voy a contar son los piños en el suelo, chaval.
- Rullé, hay días que no te aguanto.
- Yo hubo un día que lo conseguí.

Justo en la acera de enfrente, una morenaza-traje-chaqueta, golpeaba impaciente la acera con el tacón, y hacía rebotar, al mismo ritmo, un bolígrafo sobre unos labios modelo airbag. Intentaba sin éxito que alguien se detuviera, parecía querer vender algo.

- Rullé, mira qué bombón.
- Ramón, tira por aquí, que te veo venir.
- Venga, hombre, si será un momento.
- Pordiosunmomento, quesiempremehacesigual...

Y ahí va Ramón, cruzando la calle sin mirar, con sonrisa profident y las manos en los bolsillos. Y pasó lo que tenía que pasar: el autobús derrapando para no hacer croquetas de payaso cuarentón. Y estoy convencido de que ni ha oido los "mecagondiosquemelocomo" del autobusero. Él iba a lo que iba.
Ella: Hola, ¿teneis un minuto para una encuesta?
Ramón: Sí; si me lo cambias por una de tus sonrisas...
Yo, cerrando un ojo: (creo que voy a vomitar)
La chica, sonriendo: trabajo para la empresa (...) y estamos realizando un estudio demográfico que intenta correlacionar el nivel de actividad sexual de la población española con su rango de edad.
Ramón, sin haberse enterado de un pimiento, con la mirada del bacalao desalao: ¡Qué interesante!
Yo, cerrando los dos ojos: (definitivamente, vomito).
La chica: ¿os importaría contestar a unas preguntas?
Yo, tirando de la manga de Ramón: verás, es que tenemos un poco de prisa, mejor otro día.
Ramón, deshaciéndose de mi abrazo tenaza: pregunta, pregunta.
La chica: ¿podríais decirme vuestra edad?
Yo: 41
Ramón: 37 y unos meses
Yo, mirándole a la cara, matizando: Sí, exactamente son 48 meses, Ramón, si tienes mi edad.
Ramón, con cara de freddie krugger: tú cada día estás peor de la memoria, chaval.
Ella: Y podríais decirme con qué regularidad manteneis relaciones sexuales.
Yo: ¿entre nosotros?
Ramón, con cara de Anakin Skywalker cayendo al rio de lava: ¡Rullé!
Ella: bueno, con quien sea, para la encuesta no importa...
Ramón: Pues unas dos o tres veces.
Ella: ¿por semana, al mes...?
Ramón: No, al día.
Ella, sin dejar de mirar a Ramón con ojos-de-plato-estilo-cocina-francesa-de-diseño, pero girando la cara lentamente hacia mí: Vaya... ¿y tú?
Yo: Pues también, unas dos o tres veces.
Ella, mirándome con un ojo cerrado y mueca excéptica-vaya-un-listo: Qué... ¿también al día?
Yo: No, al año... lo hago para compensar a capullos como este y que luego salgan las estadísticas.

jueves, diciembre 1

 
Con los bolsillos llenos de caramelos...
El post:
Yo no quise correr, pero se me adelantaron los pies, me arrastró la boca, me tiraron de la lengua los dedos del corazón.
Yo y mi adicción a deslizarme por las ventanas.
Hoy mi camino se ha cruzado con el de una gota blandita, tierna, dulce, sincera. Dice que es radical, porque prefiere zigzaguear y resbalar contra corriente; dice que la vida es una mierda clavando la mirada y con la sonrisa puesta. Y tiene razón. Teme que cualquiera de sus gotas mellizas llegue al final antes que ella, por eso las arropa con un edredón de lluvia y las invita a comer chocolate en el sofá.
Al instante de cruzarnos, sin pensarlo, nos hemos fundido en uno. Entre ruidos de fondo y graznidos de patos, hemos puesto movimiento a las fotos, nombre a las historias y paisajes a las vidas. Hemos pintado las paredes de cuentos y hemos hecho mapas en nuestras cabezas para luego poder encontrar de nuevo este instante en el tiempo; como piratas celosos de su tesoro. No será difícil, ahora mismo tiene forma de cinexín: se proyecta una y otra vez; me embeleso.
Y se preocupa más por cómo me sentiré yo mañana que por cómo se sentirá ella.
Hoy, uno de diciembre, se han adelantado los reyes y me han dejado caramelos en los bolsillos, bombones en el corazón y juguetes en un rincón del alma.
Y además me han dicho que a partir de ahora vendrán dos veces al año. Supongo que era para ahorrarse verme llorar. Pues ya tardan, que les quedan sólo 30 días para volver a aparecer.
El coco ha comido:
una lágrima de cielo, cien caricias, y mil deseos disfrazados de susurros de amor.
El coco oía:
Canción: Malos Tiempos Para La Lirica
Artista: Golpes Bajos
(Letra: Germán Coppini / Msica: Teo Cardalda)
El azul del mar inunda mis ojos
El aroma de las flores me envuelve
Contra las rocas se estrellan mis enojos
Y nuevas sensaciones me devuelven
Malos tiempos para la lírica
Las ratas corren por la penumbra del callejón
Tu madre baja con el cesto y saluda
Ya casi ha terminado tu jersey de cotton
Dedicas tu sonrisa blanca y pura
Malos tiempos para la lírica
Seguro que algún día, cansado y aburrido
Compartirás con alguien nuevo amanecer
Trabajo de banquero bien retribudo
Y tu madre con anteojos volver a tejer
Malos tiempos para la lírica.

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