jueves, marzo 30

 
Hoy me ha dicho una chica, con voz grave, que sólo tenemos aquello que podemos salvar de un naufragio. Y yo he apuntado mentalmente que la próxima vez que me enamore, lo primero que tengo que hacer es preguntar si se ha inscrito a los cursillos de la piscina municipal.

miércoles, marzo 29

 
A estas horas de la noche, mecido entre el ritmo de respiraciones que retumban contra las paredes de otras habitaciones, y de músicas que suenan en cascos que no relucen, pero reconfortan; las sensaciones del día afloran, como tallos verdes en un arrozal. Esta mañana me he levantado en paz conmigo mismo, hacía tiempo que no me sentía así, como viendo el mundo moverse a cámara lenta, preveiendo qué pasaría tras cada palabra, tras cada movimiento. Ahora mismo no sé si plantar un jardín o construir un invernadero, serán las cosas de la primavera. Sime está mejor, se le ve en la cara y en el cuerpo, dice que ha engordado, pero creo que no; en cualquier caso le sienta bien. Me encanta cuando me cuenta las cosas que le enseña a su nieto-sobrino, como ella lo llama; se le cae la baba, coloca sobre la mesa una de las fotos que guarda en el alma de su monedero; me encanta verla remando contracorriente, y dejarme llevar por su voz que, ronca, grita historias de amor. Y cómo se preocupa por que todo salga a la perfección, y cómo me roza la mano con cada idea, con cada palabra, con cada ilusión.
No sé cómo estará mi corazón equilibrista, en la cuerda floja; aunque lleva siempre dispuesta su red de seguridad personal, me tiene en vilo.
Mi violeta africana también me tiene un poco preocupado, más que de costumbre. Últimamente no puedo estar mucho por ella, menos de lo que debiera, y de lo que quiero. Necesita mimos, más de los que yo le puedo dar.
Petulia se esconde tras un disfraz de asesina en serie, no quiere saber nada de nadie, y mucho menos de viejos calvos; por suerte no ha perdido aún ninguno de sus dedos, ni su facultad para describir la vida a quien ella le dé la gana, he decidido dejarla en paz.
Paula no da señales de vida, será la colección de invierno que la tiene congelada; no sé, no me preocuparé más, tendré que aprender a vivir sin saber cómo le va a piolín.
R dijo "nunca más estarás solo", y se la llevó un marciano. Aceptaremos pulpo.
Acabo de descubrir que a mí no me altera la primavera, sino la vida; vivo con cada uno de tus instantes ¿Qué será de mí?

martes, marzo 28

 
Mi móvil tiene un caracter algo extraño y su propia forma de interpretar la vida. A veces suena por la noche sólo para comprobar si estoy despierto; le pregunto que qué pasa y me dice que le había parecido oir un ruidito, pero que no será nada, que siga durmiendo. Otras decide por mí las palabras que debo utilizar en los sms. Si escribo "besazo", él pone "cerazo"; también confunde "morreo" con "mosqdo"; y si tecleo "amor", él coloca "comr". Total, que no sé si devolverlo a Vodafone, regalárselo a chiquito de la calzada o llevarlo a dar clases de ortografía.

lunes, marzo 27

 
cuando pasas de los cuarenta, sufres una especie de metamorfosis mística; evolucionas y abandonas el estadío "persona" para entrar en la fase "flatulencia". Eso explica porqué cuando te cruzas con una chica-bombón, tienes la sensación de que te mira sin verte y pone cara de asco.
Me pregunto en qué forma, animal o cosa, evolucionará quien no haya pasado nunca por la faceta "persona"; que haberlos, haylos, como por ejemplo: los políticos del PP... undostres, responda otra vez...

domingo, marzo 26

 
Me encanta este día, porque dios siempre me cuelga un post it en la nevera que dice: "anda, rullé, retrasa el reloj 60 minutos". Lo hago, y nadie se queja, y duermo una hora más. Todo un chollo.

sábado, marzo 25

 
Hoy he ido a ver a mi médico, la que bizquea. Tenía un tirón en el muslo y casi no podía andar. Me pregunto si sabe que las batas blancas abiertas hasta el ombligo, no sólo no combinan con los sujetadores negros, sino que además dan que pensar. Me ha hecho quitarme la ropa y tumbarme sobre una camilla; luego me ha dado un masaje y me ha dejado la pierna como nueva. Lo que me preocupa de todo esto, es que cuando le he dicho que también sentía como una especie de tirón en la entrepierna, se ha reido y ni siquiera ha bizqueado. Creo que me estoy volviendo predecible. O viejo, que no sé si es lo mismo, o peor.

 
Aún siento el roce de tu falda entre mis piernas, del dedo en la boca, de las palabras que pintaban cuadros, de las miradas cansadas, de las sonrisas encontradas, de las balas perdidas. Aún te siento.

jueves, marzo 23

 
Dilema.
He puesto un consultorio sentimental para mujeres casadas insatisfechas. Y tengo un gran dilema, porque si alguna vez viene alguna solicitando mis servicios y me cuenta sus penas, me la acabaré follando y me quedaré sin clienta.

miércoles, marzo 22

 
Yo siempre fui un fan de las películas de terror. Me pirraba por Freddie, Jason y el de la sierra mecánica que llevaba una máscara tejida con piel humana. Pero últimamente no sé que me pasa, me estaré haciendo viejo, o será el dolor del amor, como dice Innés; pero la verdad es que hoy casi vomito viendo el trailer de la última película de Quentin Tarantino. Y el domingo lloré como una magdalena cuando el mamut y el perezoso se encuentran con los hombres en ice age. Yo creo que lo próximo será irme por las patas abajo cuando vea a José Coronado anunciando los bios de danone.

lunes, marzo 20

 
tras pasar años y años buscando un sentido a mi vida, lo acabo de encontrar: estoy en este mundo para transportar cerveza desde el carrefour hasta la taza del wc.

sábado, marzo 18

 
Hubo un tiempo en que pensé que era la lengüeta oculta del papel de celofán de los cd's; invisible, nadie me veía; ni me utilizaba, nadie tiraba de mí; nadie me abría por donde se supone que debía abrirme; algunos usaban los dientes, otros las uñas, tijeras, cuchillos, incluso clips de oficina; rasgaban, arañaban, laceraban y lastimaban; y dolía, pero no el cuerpo, el alma. Ahora sé que soy la esquina de un tetrabrick, me puedes cortar con tijeras, con los dedos o con los dientes; pero siempre quedaré mal, roto, me desparramaré y te mancharé el traje nuevo sin querer.

jueves, marzo 16

 
Estoy preocupado.
Desde que mi suegra se instaló en la residencia, hará cosa de tres meses, ha perdido la dentadura postiza, los sonotones y la vergüenza. Le ha metido mano varias veces a un enfermero, que ha amenazado con buscarse otro empleo si no ceja en su empeño de agazaparse en las esquinas y saltar sobre él gritando Jerónimooo!!!. Ha podado a ras de maceta el bonsai-niña-de-mis-ojos de la directora, porque "ya-verás-ya-como-así-rebrota-con-fuerza-ya-verás". Y se ha enamorado locamente de un señor calvo que tendrá más o menos su misma edad, aunque le faltan las dos piernas. Y la verdad es que empiezo a estar preocupado, porque a ella siempre le ha gustado mucho bailar.

miércoles, marzo 15

 
Cuando era un adolescente coleccionaba comics. Hubo una temporada en que me dió por comprar uno que se llamaba Zona 84; era de ciencia ficción, bastante cutre-salchichero. Recuerdo que una de las historias tenía como escenario la tierra en un futuro lejano, los humanos vivían en ciudades amuralladas que los protegían de una especie de mutantes con cuerpo de hombre y facciones de saurio. De vez en cuando, alguno de esos reptiles humanos conseguía penetrar en la ciudad, y si alguien caía en sus garras, era torturado salvajemente, violado, y luego impunemente asesinado. Todo eso sucedía a plena luz del día, ante los ojos del resto de la comunidad, que se limitaba a contemplar el espectáculo, sin mover un dedo para intentar salvar a la víctima. Me parecía una muestra terrible de insolidaridad y una tragedia. Cada vez que veo el telediario tengo esa misma sensación; la de estar formando parte de una comunidad insolidaria; porque la esencia es exactamente la misma, aunque no haya mutantes con cara de lagarto. Eso sí, en este país tenemos la suerte de contar con los políticos del PP que parecen empeñados en convertir las tragedias en comedias. Sinceramente, yo creo que les deben pagar un plus por decir gilipolleces y conseguir que el personal se parta de risa. Es que si no, de verdad, que no me lo explico.

martes, marzo 14

 
Don't you... forget about me.

 
Stay until your love is... alive and kicking.

domingo, marzo 12

 
Una de las últimas veces que estuve en Madrid, entré en un bar a tomar un café y justo al otro lado de la barra estaba Fernando Trueba hablando con alguien. Como tiene los ojos así, me pasé todo el rato asintiendo y sonriendo, como si me hablara a mi.

viernes, marzo 10

 
Señoras y señores, después de haber comprobado, por activa y por pasiva, que la máquina expendedora de tabaco es la única en este mundo que da las gracias al meterle mano, creo que voy a volver a fumar. Lo que no me acaba de molar es que insista en llamarme de usted; pero bueno, nadie es perfecto; y espero que esta menudencia al estilo no-te-tuteo-qué-pasa-qué, no acabe quitándome el sueño; y si me lo quita tampoco se perderá mucho, porque últimamente poquito tengo.

 
aeiou.
Nada,
en el hueco de mi cama,
en los cajones de mi alma.
Nadé,
en la corriente de tus besos,
en el calor de tus abrazos,
en la palmada en mi hombro,
en tu sonrisa, a menudo, inacabada.
Na dí,
nunca por nadie,
pero daría y
doy todo por ti.
Nado,
en el mar de tu mirada,
en el espejo de tus pupilas.
en las olas de tu espalda,
al compás de tus caderas,
en tu sexo que me traga.
Na du
ra
eternamente.

jueves, marzo 9

 
Mi vecino se ha instalado en el jardín una antena enorme, de unos tres metros de altura y pintada en color verde. No sé si lo ha hecho para ver mejor la televisión, para que se estampen los pajarillos que miran hacia atrás, o para montar videoconferencias con Raticulín. En cualquier caso, por si resulta que de verdad es un extraterretre salido de una película de serie B, voy a hacerme una boina con papel de aluminio para impedir que pueda penetrar telepáticamente en mis pensamientos; no vaya a ser que descubra que, ahora mismo, la mayor de mis dudas es que no sabría decir si algunos de mis vecinos son absolutamente idiotas o sólo lo parecen.

miércoles, marzo 8

 
postzzle
Si mi ángel de la guarda está triste, yo también. Y además de estarlo, últimamente debo serlo porque le he dado pena y me ha regalado un condón. Se lo he cambiado por un beso, que me será más útil en las noches de insomnio. A veces empieza a entrar gente en tu vida y parece como si nadie quisiera salir de ella; como si se convirtiera en el camarote de los hermanos Marx. Otras veces me veo como el protagonista del anuncio de baileys, flotando a cámara lenta entre bombones y vestidos largos de noche, color café con leche; pero más patoso, tirando a torpe; y aunque algunas gotas de licor flotan ingrávidas alrededor y se deslizan a la velocidad del caracol, abro la boca y no pillo ni una. Nunca. Me doy cuenta, entonces, de que necesito el alcohol para trocear la realidad y poder tragarla sin sufrir convulsiones; devorarla antes de ser engullido. Crear islas de inconsciencia en un mar consciente que ocupa casi todos los instantes de mis días. Cada noche devoro un quesito de alucinógeno legalizado (que paga impuestos) con la esperanza de olvidarme de mí y de lo que me espera mañana, de mi vida, de los instantes en blanco y negro, de ti, y de mis sueños. Hola, me llamo rullé; soy anónimo. ¿Alguien me pasa una copa? o me da el tiro de gracia. Que sea entre las piernas, por favor. Por caridad.

martes, marzo 7

 
Ahora mismo, no hay mucho que me diferencie de un perro de Paulov: veo una cerveza, y salivo; veo la gomilla de un tanga, y salivo; veo un plato de macarrones, y salivo. Veo un mecano, y salivo. Escucho a los simple minds, y salivo. Te veo, y salivo.
No sé si me parezco más a un perro de Paulov o a una babosa. La verdad es que me estoy empezando a dar más miedo que asco, y me preocupa, porque a este paso, cuando me mire en el espejo, no sabré si salir corriendo o vomitar.

domingo, marzo 5

 
El lunes 13 iré a ver a los simple minds y, antes o después del concierto, prometí pasarme por un local de intercambio. El caso es que no sé si alguien querrá intercambiarme la cara, el cuerpo, el ombligo, la autoestima, las orejas, las piernas o las cejas; o el sexo. No me acabo de ver yo con otro sexo.
He decidido que no iré; me cuesta imaginarme metiendo la polla por un agujero en la pared esperando a que alguien la chupe desde el otro lado; suena como sentarse en la calle con la mano extendida pidiendo limosna.
No, aún no; más que nada porque ahí solo, no sabría qué hacer. Me quedaría aferrado a la barra, bebiendo, mirando a los agujeros y rezando para que nadie se fijara en mi. Y eso ya lo hago en casa cada día.

viernes, marzo 3

 
Hoy he decidido unas cuantas cosas:
. que te quiero, porque no puedo dejar de pensar en ti.
. que cerraré este blog, pero aún no sé cuando.
. que no cumpliré los 60, porque no me da la gana.
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Así que, a partir de hoy voy a medir mi edad en función de los años que me faltan para morir: ahora mismo tengo -19, en Junio cumpliré los -18, mi minoría de edad. A partir de entonces no podré decidir por mí mismo, serán mis hijos los que tomen las decisiones por mi. A los -16 no me dejarán fumar, beber, conducir ni votar; seré carne de instituto y diana de dedos índices, y me pondré tres piercing; aún no sé dónde, pero sí que me doleran y se infectarán, todo sea por llamar la atención. A los -13 dejaré de hacerme pajas, eso me costará. A los -6 los dientes volverán a formar parte de mis encias; creo que eso también va a doler. A los -2 tendré que recurrir de nuevo a los pañales, a comer triturado y a levantarte la falda para verte las bragas, sólo por reirme, aunque no sepa de qué. Y a los -1 ya todo me dará igual y volveré a fumar, beber, hacerme pajas y levantarte la falda. Aunque quizás ya sepa de qué me reía y sea demasiado tarde para volver a nacer.

jueves, marzo 2

 
Si es cierto que las sombras no existen sin cuerpos que las creen, ni luces que las proyecten; no entiendo porqué siempre me arañan en la oscuridad de la noche, cuando el alma está sola y todo, menos yo, que no soy nadie, duerme.
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Y me pregunto qué sería de mí sin las esperas que valen la pena, sin las paredes disfrazadas de poemas, sin el sexo que no tiene pelos en la lengua, sin el edredón de tu alma, sin el calor de tu palma; sin los relojes que marcan la sombra del tiempo en la pared; sin esos tres post que nunca escribiremos. Y ahora no es nostalgia, ni que te eche de menos, es aferrarse al recuerdo, porque nos lo merecemos; y porque, de vez en cuando, dormimos juntos, aunque sea despiertos y soñando con los pies.

miércoles, marzo 1

 
Pongo a contra luz algunas fotos y se convierten en vertederos de amor, en contenedores de cariño; y de repente caigo como un alud, me avalancho sobre mí; me desprendo del alma, que últimamente sólo sirve para molestar y me enamoro de todo lo que tuve y nunca dejé brillar. Convierto las muecas y los aspavientos en instantes de labios mullidos. Y no sabes qué daría yo por estar contigo, por ver amanecer hablando. Bailando. O mirándote a los ojos. O follando. O en silencio. Pero juntos; no revueltos. Y como la luna; solo; busco en las estrellas alguna que brille tan poco como yo. Adoro las malas compañias, son las mejores; aunque, como todo, depende de sus malas (buenas) intenciones.
Algunas noches, como hoy, necesito buscar un lugar en tu espalda, un rincón donde morir. Un colchón sobre el que saltar para dormir sin descansar. Una carcajada que rompa la noche, el frio y el viento; una pena que me quepa en el bolsillo; o que me caiga encima y me rompa, pero sin hacer ruido. Que no conoces tú a mis vecinos.
Y recordar que una vez tropecé, pero no fue con los pies. Que fue mi boca la que mordió la tuya y ya no supo vivir en ayunas, ni morir por otro pez ni aullarle a otra luna. Y que me enamoré del color de tu letra, de los encajes de tu ropa; del interior de tu alma. Y aquí sigo pegado a ti, con velcro. Entre mi oscuridad, tu espalda y nuestro vértigo.

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