martes, septiembre 28

 
"Sólo viaja quien regresa, y se va quien yo olvido".
He pasado meses, años, a veces creo que vidas enteras, echándote de menos sin saberlo, sumido en esta bendita sensación de felicidad que regala el desconocimiento.
Apago la luz de la habitación y me tumbo en la cama, otra vez sin sueño, sólo con ganas de volar despierto. Me pregunto cuánto tiempo tardarás en desvanecerte, en desaparecer de mi vida, en convertirte en un recuerdo. Hay quien se hace un plan de pensiones, yo fabrico y guardo nostálgias para el futuro.
Es tan grande el silencio a mi alrededor que puedo oir los latidos de mi corazón. Siguiendo su compás a la perfección, las cucarachas, con su frenético claqué sobre el suelo de madera. Una, dos, tres... esta noche parece que van a organizar una fiesta. Y yo con estos pelos.
No sé cómo eres, a qué huele tu pelo, a qué saben tus labios o cómo enciende pasiones el roce de tus dedos. Sólo sé que, sin darme cuenta, me he vuelto adicto al color de tu letra, al compás de tus oraciones y a la esencia de tus pensamientos. Y creo que tú también lo sabes.

miércoles, septiembre 22

 
nana
Por debajo de tus siempre despiertos ojos, sombras de sueño te han conducido lejos. La luna palidece en el cielo, meciéndose en su columpio de nubes. Y tu ya estás muy lejos de aquí. Tu respiración acompasada abre paso al pensamiento, ajeno al caos que ahoga nuestras vidas. Otro día, otra noche se te ha llevado. Otra vez lejos de mí, mi vida.
Y, ¿sabes?, yo seguiré estando aquí cuando necesites a alguien que te mime, cuando el sol brille al alba.
Anoche, cuando dormias entre mis brazos, y yo me preguntaba dónde estabas en realidad, en qué Marvelioso héroe te habrías transformado, si conseguirías por fín volar entre el cielo y la tierra de este artificial mundo, pedí a las estrellas que brillaban sobre nosotros que lo siguieran haciendo mil años más, y que te enviaran mis mimos cuando yo ya no esté aqui para cuidarte. Así no te sentirás tan pequeño, navegando por la inmensidad gris de estos mares que un día tu pupila robó a una postal.

 
mis sueños
soy un hombre que se ha convertido en el sueño de sus sueños. Mientras duermen, oigo sus risitas ahogadas si me da por hacer el payaso frente al espejo del cuarto de baño. Noto su respiración entrecortada cuando me descubren en la cama, follando. Pero desde hace un tiempo, la mayoría de las veces sólo siento cómo intentan desesperadamente despertarse unos a otros, como si quisieran escapar de una horrible pesadilla. Siempre es un consuelo saber que alguien lo está pasando peor que uno mismo, aunque sean sus sueños.

lunes, septiembre 20

 
mi vida.
Mi vida se está convirtiendo en una película de Fellini. El paisaje a mi alrededor está adquiriendo un melancólico tono azulado. Sin que venga al caso, suenan en mi cabeza agudas voces de soprano cantando operetas. Mi perro se entiende con mi mujer. A mi hijo lo han castigado por esconderse dentro de una taquilla en el vestuario de las monjas. Mi vecina, la del bigote, me tira los tejos cuando bajo la basura. Y me está empezando a gustar. Con todo esto, mi tortuga se lo pasa en grande haciendo zapping desde la pecera.
Últimamente, cuando voy a hacer pis, siempre miro en la bañera por si me encuentro a la portera de Amarcord.


viernes, septiembre 17

 
las cosas que me disgustan
al contrario que el padre de Amelie, ya he superado que se rian de mis sandalias, y que me rocen con el codo en los urinarios públicos. Lo que aún no he conseguido superar es a la gente que considera que su tiempo es más valioso que el de los demás, sí, esos que se saltan las colas en la caja del carrefour. Ni a los egoistas. Ni a los necios.

jueves, septiembre 16

 
mi armario
el otro día me encontré, dentro del armario, un olor que encajó con un trozo de mi vida. Se ensambló a la perfección, como encajan las piezas esquineras de los puzzles educa. Era una imagen que latía, dormida y clavada en un rincón de mi alma, bañada por una lluvia gris y salada. Olia a alcamfor, a color negro, a desesperanza, a sollozos y a velatorio. Volví a cerrar la puerta del armario, y la sellé con un beso.

Gracias a almu, por ayudarme a encontrar este pedacito de mi vida.

 
soy un password
Soy un password de ordenador. Espero impaciente a que te acerques y me resuciten las caricias de tus dedos. Sólo tú me conoces, sólo tú sabes quien soy y cómo ordenarme, cómo encontrarme. Para el resto del mundo soy y seré un indescifrable montón de asteriscos, para tí seré la puerta a un nuevo mundo.
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Colecciono moscas, puede que esté loco...
Esta mañana me he despertado sin muchas ganas de nada que no fuera ducharme y sacarme a pasear. Era uno de esos días en que nada encaja en su sitio, y menos yo. En la calle me he cruzado con una mujer que, con chandal y expresión ausente, arrastraba una caja de cartón repleta de fascículos de colección. Llevaba docenas, yo diría que kilos, con cartel de exposición incluido. Creo que estaban todos: los molinillos del mundo, la casa de las muñecas, las cajitas de porcelana...
La colección que realmente necesitaba, la de "los mejores polvos de Rodolfo Valentino, ahora en su cama", parece que no había salido aún. Y ahora que pienso, me pregunto qué regalarán con el primer fascículo...


 
el desierto
Hay cosas que empiezas sin saber muy bien porqué. Quizás porque crees que te lo debes. A tí, a tu vida, a tu alma. Hay cosas que empiezas sin saber cómo ni dónde acabarán, si escaparán o no a tu control, si es que hay algo en esta vida que se pueda controlar. Todo, en cambio, tarde o temprano escapará.
Hay días en que quizás sería mejor quedarse en la cama sin descorrer las cortinas de la vida, taparse la cabeza con el edredón y esperar que toda idea loca que se atreva a despertar obtenga su merecido: acabar en el diván del olvido. O quizás hoy decida que no.



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