jueves, agosto 18
Una vez...
Una vez, cuando era pequeño, crucé por un desierto de mares con sal, de lágrimas sin ojos y de sueños caidos, de almas sin hombre, de corazones con pena, de manos inquietas, de cámara oscura.
Miré, cara a cara, a la luna llena, justo entre las cejas, y descubrí que el mar de la calma se viste de VEngAnzA MoreNa, se adorna de cráteres que los asteroides van dejando pegados a su cintura, y de sueños puebla mis cejas.
Sólo quien la conozca no me creerá loco perdido.
Sólo quien la pierda me entenderá.
Sólo quien la quiera se convertirá en su eco.
Yo añoro serlo.
Comentarios:
<< Inicio
Bueno, bueno... me voy de puntillas, sin hacer ruido, que algo está naciendo.
Shhhhhhhhhh... un besito, Coco.
Publicar un comentario
Shhhhhhhhhh... un besito, Coco.
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio
Suscribirse a Entradas [Atom]