domingo, octubre 10
Tengo sueño
estoy cansado, ya no puedo más, se acabó el día por hoy. Me rasco la nuca y obligo a mis codos a mirar al techo, me desnudo y me voy a la cama. Me quito: la sonrisa de mimo, la mano de pluma que acaricia tu espalda, los ojos hambrientos devorando lo que cuentas, la espalda encorvada de llevarte a cuestas, las piernas de voy a buscarte un paquete de compresas, los dientes de arañar en tus labios, el pecho de frotarme contra tu aliento, el olor a jabón fresco y la nostalgia de tu recuerdo. Y lo que siempre intento y nunca consigo dejar en la mesilla de noche: el olor de tu pelo, el sabor de tu boca, el roce de tu cuerpo, el sentirte a mi lado, el cogerte entre mis brazos, escuchar el embrujo de tus historias, acariciarte hasta verte caer rendida, sonreirte cuando pasas, ausente y sin verme, rozando mi costado.
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