miércoles, abril 12

 
Sobre la espantosa (que no insoportable) levedad del ser.
Hoy la tarde se tiñó de rojo y gualda, y al mirar al cielo pensé en lo insignificante que soy. Claro que también pensé exactamente lo mismo ayer, cuando llovió, un coche pisó un charco y me puso perdido de barro. Creo que me estoy cansando de lo insignificante que soy. Voy a empezar a reflexionar seriamente sobre la infinita y eterna expansión del universo. O en suicidarme. Mañana me acercaré peligrosamente a una tele-operadora de Movistar y le daré conversación. 

sábado, octubre 22

 
Viviendo al límite (2)
Hoy el día ha amanecido gris, casi tanto como yo. Antes del desayuno he notado que empezaba a gestarse sobre mi ombligo el ojo de una tormenta tropical. A medio día el desastre era tan inminente que he decidido declararlo huracán, pero no me he atrevido a ponerle nombre, porque nunca se me ha dado bien etiquetar fenómenos atmosféricos. Tendré que hacer un curso. O dos.
El caso es que ha alcanzado su cénit hacia las siete de la tarde, cuando la cajera de la sirena me ha mirado fijamente a los ojos, humedeciéndose los labios y arqueando sensualmente las cejas, para susurrarme que tenia el bacalao en oferta. 
Llevo toda la tarde dándole vueltas y la verdad, no lo acabo de superar, ni mi huracán tampoco. En cualquier caso, mañana a primera hora los dos nos plantaremos en la sirena, por si resulta que la cajera es aficionada a los eufemismos. Aunque a estas alturas, lo único que espero es que cuando acabe tanto desastre natural sobre mi ombligo, mis uñas recuperaren su blanco original. De verdad se sentia así James Dean?
https://youtu.be/AOBs8dU4Pb8

viernes, septiembre 30

 
Mi personalidad
Pensaba que mi personalidad era complicada y cambiaba según con qué pie me levantaba. Según con quien estaba. Según a quien besaba. Y es que, si ya es difícil andar surcando constantemente las nubes de la sabiduría, al tiempo que te sumes en la vida cotidiana, como para pararte a pensar que mi planeta (Mercurio) me otorgaba la capacidad para discutir. Que era de los pocos que podía demostrar que lo blanco era negro, y al contrario, que lo negro era blanco al minuto siguiente, por que yo lo valía. Signo de Aire, representando la libertad de expresión y de pensamiento. A Géminis no se le podía aprisionar, porque mi mente siempre seguía renovándose, adaptándose a la vida con nuevas ideas, siempre aprendiendo. Molaba.

Pero jódete, resulta que desde hace una semana soy Tauro: "generalmente no poseen una inteligencia brillante ni ágil", no conocen los diálogos, son reacios a la discusión, apacibles, hogareños y limitados en la capacidad de invención. Obstinados a la par que voluntariosos.

Y llegados a este punto, creo que mañana voy al consulado chino a que me concedan un pasaporte vitalicio. Como allí los horóscopos cambian de año en año, igual va a costar un poco más que deje de ser dragón. Hombrepordioscoñoyacagontó.

sábado, agosto 20

 
Viviendo al límite.
Sentir cómo clavan en tu espalda dos enormes tetas en el pasillo de los congelados. Sonreír a la verdulera de cara ausente cuando alza la palma de la mano en ademán despectivo, que no sabes si te está pidiendo la compra para pesarla o rogando que le leas la buenaventura. Ser atacado por un pichón en el salón y por una rata en el baño, por suerte tenia bayas y un par de bolas para aplacarlos. Encontrar por casualidad a mi primer amor tras una esquina y confirmar que sigue teniendo más bigote y más mala leche que yo. Cruzarme con un señor en el portal que ha sido abandonado hasta por su desodorante. Preparar una crema de apio. Escribir en trebuchet tamaño normal. Me encanta vivir al límite. ¿Se sentiría así James Dean?


domingo, junio 12

 
Deseos inconfesables (1)
Quiero ser el negro de Boney M. Pero a ser posible sin sus problemas de sudoración, y puestos a pedir, sin su hiperactividad.


sábado, junio 11

 
John Lennon no tenia razón: la vida no es lo que te pasa mientras haces planes. La vida es lo que te pasa mientras esperas un tren de RENFE. Hombrepordioscoñoya.




lunes, mayo 30

 
Creo que acabo de fallecer. Pero no con una de esas muertes importantes que cambian el destino de la humanidad. Ni siquiera con una muerte que pudiera ser digna de un titular de Pedro Piqueras. Ni una muerte ridícula, del tipo premio Darwin. He muerto de jet lag. ¿Y aún me queda todo el día por delante! Yo creo que esto no lo voy a poder soportar. ¿Si me suicido estando ya muerto será pecado? Mañana lo miro en google.

domingo, abril 24

 
Simply the best
Hoy he decidido que no me voy a seguir escondiendo del resto del mundo. He dicho fuera a todo miedo e inseguridad, voy a demostrar al universo quien soy yo. Y que no hay nada ni nadie que me pueda atemorizar. 
Así que he salido a correr y cuando me cruzaba con alguien, arqueaba exageradamente la ceja izquierda. ¡Toma ya!

sábado, abril 23

 
Purple rain
A parte del título, no sé qué más escribir. Y mira que me esfuerzo en pensar algo coherente. Como por ejemplo que en vulcano, los machos nacen con penes de 30 centímetros, y las hembras con orejas puntiagudas. Y que seguramente yo salí a mi madre, como Spock. Pero por más que pienso no se me ocurre nada. ¿Alguien nos ha dejado? ¿Alguien que tatuó en mis brazos cada uno de sus acordes? ¿Y sus letras en un rincón oculto entre mi estómago y mi corazón? En fin, no sé. Prefiero no pensar. Mañana será otro dia, espero.



jueves, abril 21

 
Instantánea
Creo que hoy el dia ha amanecido triste, porque una nube ha estado llorando insistentemente sobre mi flamante platillo volante, color alpinweiss. 
Mientras esperaba a que el enésimo semáforo galáctico tornara su irritante tono marrón oscuro en un excitante y seductor marrón clarito que, dicho sea de paso, apasiona a todos los pilotos del universo conocido y por conocer menos a mi, he visto a través del parabrisas manchado de lágrimas de nube, a una chica guapísima abrazada a un niño pequeñísimo. Él abultaba menos que la mochila que lo empujaba hacia atrás. Pero el abrazo era tan inmenso que parecía cobijarlo y ampararlo de todos los males, bajo un cielo gris que mordia, con dentelladas de nostalgia.
He cerrado los ojos, apretando fuertemente los párpados, para volver a abrirlos al instante, muy, muy abiertos. 
Se me ha olvidado poner el flash.
Y algún filtro de color, quizás sepia o noir hubiera quedado bien. 
Ahora mismo no sé si la he guardado en carrete, autofotos o en capturas de pantalla. Luego la busco, este nuevo sistema operativo me sobrepasa. 
De lo que mola parpadear hablamos otro dia.





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