lunes, agosto 23
Reconozco que en estas noches tardías de Agosto, en las que no hago más que dar vueltas en la cama, suelo recurrir a ese somnífero que se dispensa sin receta: recordar las sobremesas con mi madre.
Comentarios:
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¡Y consigues dormir? tengo que probarlo, estas noches el calor no me deja pegar ojo. Ya te contaré si me funciona. besillos!!!
Jajajajajaja!! Qué bueno!! Haré eso con las de mi abuela, que suelen ser monólogos dirigidos a los cachas de las telenovelas...no veas!!
jajaja si yo sabre de esas noches, sólo que son con mis tías solteronas hablando sobre la moral y que todos los hombres son iguales... jajaja, en fin, se feliz, aunque seas triste...
saludos.
saludos.
Hace muchos años, en aquellos de vídeo, le dije a mi madre que me grabara una película: "fuego en el cuerpo". Cuando llegué de trabajar, me encontré la cinta de vídeo en el centro de la mesa, con un bonito rótulo a boli en el lomo que rezaba: "cuerpo caliente". ¿Te la mando? (a mi madre, claro).Un beso, Lucía.
En mi caso ni siquiera es necesaria la madre. Cualquier sobremesa, con quien sea, se me hace insoportable.
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