lunes, junio 14
Hoy he estado corriendo un buen rato, pretendía huir de mi, aunque como de costumbre, no lo he conseguido. El dálmata de todos los domingos me esperaba en la curva de siempre y se ha abalanzado sobre mi, me ha lamido la cara y me ha mordido las manos, sin querer hacer daño. Ha venido su dueña a sujetarlo y al hacerlo, me ha enseñado las tetas y las bragas. Creo que le gusto. Cada vez intimamos más. Me refiero al dálmata.
Suscribirse a Entradas [Atom]