jueves, febrero 28

 
Guías prácticas paso a paso.
Primera entrega: cómo medicar fácilmente a su gato.
Antes de iniciar el proceso descrito en la presente guía, deberá usted adquirir el medicamento en cuestión. En este caso, y a modo de ejemplo, se utilizará un "antibiótico de amplio espectro dosificado en prácticas ampollitas de cristal de 5 ml. Agradable sabor. Via oral".
Paso 1: Disponga la comida predilecta de su gato en cantidad generosa. Enciérrese sigilosamente en el cuarto de baño para que su mascota no observe sus maniobras y no sospeche. Vierta sobre tan magnífica vianda, una de las ampollitas de 5 ml. Remueva con una cuchara o tenedor. Coloque la mezcla obtenida en el recipiente donde su gato se alimenta habitualmente. Llámelo cariñosamente.
Paso 2: Transcurridos dos días, deposite el contenido del recipiente (intacto) en el cubo destinado a la basura orgánica.
Paso 3: Repita el paso 1 con un entrecot de ternera de primera calidad y/o con una paella marinera aderezada con marisco recién pescado en la Costa Brava.
Paso 4: Repita el paso 2.
Paso 5: Olvidese del antibiótico por un momento y ofrezca usted a su gato las sobras del frigorífico. A estas alturas llevará más de cuatro días sin probar bocado.
Paso 6: Observe feliz y plácidamente cómo esehijodelagranputa devora hasta el último pedazo.
Paso 7: Sujete al gato con el brazo izquierdo, dulcemente, como si se tratara de un bebe, al tiempo que mantiene la ampolla de antibiótico oculta en la palma de la mano de esa misma extremidad. Utilice los dedos índice y pulgar de la mano derecha para ejercer una leve presión sobre las mejillas del animal. Cuando la mascota abra la boca, introduzca un extremo de la ampolla, previamente abierta, y espere a que el animalito trague el medicamento.
Paso 8: Recoja la ampolla del suelo, limpie las manchas de antibiótico del techo, haga descender al gato de las cortinas (se recomienda utilizar unos guantes de jardinero y unas pinzas de barbacoa), cambiese la camisa hecha trizas, desinfecte los arañazos de la mejilla con betadine y limpie la sangre de la alfombra.
Paso 9: Coloque a su mascota boca arriba, sobre la cama, y ate sus extremidades a cada una de las patas de la misma. Ábrale la boca ejerciendo palanca con un destornillador e introduzca directamente en su interior una ampolla entera, con la certeza de que medio mundo no puede estar equivocado y los gatos comen de todo, "total-un-poco-de-cristal-no-le-hará-daño".
Paso 10: Extraiga las astillas de vidrio de la palma de su mano con sumo cuidado, utilizando unas pinzas de cirugia. Deposite el colchón hecho trizas en el contenedor de basura inorgánica y los restos de la cama en el vertedero para muebles desechados.
Paso 11: Pida ayuda a un vecino. Enrrolle al gato en una toalla dejando únicamente su cabeza libre. Mientras el vecino se sienta sobre su mascota en cuclillas, aprisionándola fuertemente entre las piernas. Utilice una pajita de plástico, donde previamente habrá aspirado desde la ampolla el antibiótico (vaya con cuidado al ejecutar este paso si lo hace sorbiendo, por si el medicamento entra en contacto con sus labios y es usted alérgico al mismo). Introduzca la pajita entre los dientes del gato y sople enérgicamente.
Paso 12: Llame a su madre para preguntar si es usted alérgico a los antibióticos. Tome varios tragos de su bebida favorita para eliminar esa sensación nauseabunda. Escriba una carta a la empresa farmacéutica describiendo las diferencias entre "agradable sabor" y "brebaje vomitivo e infernal". Pida disculpas a su vecino por el mordisco que le ha propinado su gato en la entrepierna y lamente con él la irremediable pérdida de sus testículos. Acompañe a su vecino a urgencias.
Paso 13: De vuelta a casa, deténgase en IKEA para comprar una cama nueva, y en el conservatorio de música para inscribir a su vecino en el típico curso "aprenda a cantar como Montserrat Caballé".
Paso 14: Llame a su veterinario para comunicarle que, inexplicablemente, ha utilizado hasta la última ampollita de antibiótico y su gato, lejos de experimentar mejoría, agoniza a causa de la infección. Con un poco de suerte podrá convencerlo de que le administre una inyección letal. Al gato no. A usted.

Comentarios:
Imagina que es una mujer anda... así las engañas a todas? ;)

besicos so guapo
 
jejejeje, me ha hecho gracia Belén.
 
jajaja.. me lo acabo de imaginar todo y estoy que me meo de la risa.. a mi perro es mucho más fácil engañarlo.. sólo hace falta huntarle las pastillas con nocilla.. y son vistas y no vistas..
espero que se mejore el gato, y el dueño!

besos, coco
 
Esto....estás bien?
 
Yo sí, querida. El gato, no.
 
No te vuelvo a dejar a mi gata nunnnnnca más!
 
¿Y si en vez de jugar a gatos y veterinarios... no sería mejor que jugásemos a médicas y enfermeros?

:-)

¿tapuntas?
 
Siiiiiiiiiiiiiiii.
YUPI!!!!!!!!!
:o)
 
toc toc
 
Jajajajaja. Yo tenía que seguir todos esos pasos cuando mi gata tenía el celo. Y no veas que contenta se ponía al ver un termómetro (que ya le vale a mi madre haber encontrado otro uso...)
 
Este finde lo pasé con mi churri y su perra. Estaba con cistitis (la perra) y tenía que tomar antibiótico, pero es tan sumamente tragona, que no tuvo ningún inconveniente en tomarlo. Esa se come todo lo que le echen.
¿No será que tu gato es un poco tiquismiquis?
Ejem... no he dicho nada...
Besos cariñosos,
 
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