lunes, junio 5

 
Mi abuela decía que la felicidad es efímera, como un pellizco de azucar; se deshace en la boca, llenándola con ese sabor dulzón que al instante se desvanece y desaparece dejando sólo la huella de un recuerdo y las ganas de comer más. El dolor, en cambio, es como un tatuaje indeleble. Si lo miras, quema; si lo ignoras, muerde. Hoy parecía que el tiempo se me escapaba. Lo notaba pasar, como si fuera una bocanada de aire viciado. Con ese olor que tienen los locales cerrados, de polvo húmedo, de no ventilar. Y me han dado ganas de empujarlo, como se empuja con el dedo el ratón porque la página tarda en cargarse, porque tengo comprobado que así el tiempo tarda más en pasar, y la página nunca termina de aparecer. Como cuando observaba fijamente el reloj en la pared de la clase y la profesora no se iba. Era un reloj grande de latón y viejo, con chasquidos de lata, con un crucifijo de madera a un lado, y el retrato de franco, mirando de reojo, al otro. Los relojes digitales hoy en día parece que van más rápido, qué gran avance, en lugar de correr van dando saltos.
Esta tarde, estaba sentado en la terraza de un bar y ha venido un poeta sordomudo que vendía poesías. Las llevaba escritas en trozos de papel. Las repartía por las mesas y si alguna te gustaba la comprabas por la voluntad. Me gustaría hacer eso con mis posts, pero en vez de una moneda, yo sólo quiero un comentario. O dos.

Comentarios:
¿Por qué serán tan sabias las abuelas?
 
El dolor huele a rancio, a humedad, a moho, a algo envejecido.
La felicidad (¡qué sabia tu abuela!) tiene aroma a fresquito, a mar, a rocío en las flores de madrugada.
Te compro dos líneas de tu poema.
Besos
 
Sí,la felicidad es un terrón de azúcar
que se diluye en la boca
y hace cosquillas a los labios.
 
A mí también me ha parecido sabia tu abuela, coco. Y nada, ya estoy de vuelta para darte las buenas noches, buenos días o lo que se tercie. Y un beso, siempre un beso.

(Mi madre decía que la felicidad consiste en no pedirle al instante que dure, por cierto. Lo mismo si el azúcar nos durase más, nos resultaría empalagoso...)
 
Terrón de azúcar o tatuaje...
 
... yo te compro cualquiera de tus posts por mil kilos del primero o una espalda completa del segundo.
 
¿Vas a seguir tomando el café sin azúcar?
 
mmmmmmm...
 
¿O te vas a hacer un tatuaje?
 
me voy a hacer un tatuaje en la polla. Por si la pierdo, así sabré que es mia. Y sí, el café sin azucar, y últimamente con hielo. No te lo pierdas, he descubierto que mi hermana, después de comer, se lo toma con leche...
 
Pues eso está bien, ir conociendo a la familia... Ya sabes que de tu hermana no te puedes fiar. (Café con leche, después de comer...).

(Risas)

El tatuaje te va a doler...
 
Los comentarios son como los besos: no se piden, se regalan.
Aquí mi comentario y mi beso para tí.
 
Muchas gracias, no sabes la ilusión que me hacen. Y los comentarios dobles, dos veces más.
 
Cuando te pones grave me superas. Yo iba a dejarte también un beso, pero, bueno...
 
cHUIKKKKKKKKKKK! mUACKKKKK! Petonsssssssss
 
cHUIKKKKKKKKKKK! mUACKKKKK! Petonsssssssss
 
¡Pides mu poco! Yo te daría algo más :).
 
Primor vengo a darte un achuchón muy fuerte, muy fuerte. :)
 
Y además creo que el tatuaje necesita de ciertos cuidados por parte de alguien con mucha delicadeza :).
 
¿Dónde dejamos la moneda?

Muy chulo lo que escribes... Causan sonrisas ácidas...
 
Me teneis encantado, que lo sepais.
 
Mi segundo comentario, hala :-)

Duerme bien, ninyo dulce. Wenas noches...
 
yo te dejo un comentario..
o dos..
y un beso, o dos, o tres..
cariño.
ranita..
 
qué maravilla, coco; estoy todavía frotándome los ojos.

Ay, si yo tuviera una editorial...

Tiembla, marrdito Código da vinci.
 
Coquito...eres mi vicio mañanero! Mi leche con Cola-Cao, mis magdalenas y tu post...todo un placer.
 
Y tú eres un sol.
 
Me encanta leeros. Me he vuelto adicto a vuestros comentarios. ¿Y ahora qué?
 
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