viernes, mayo 12

 
Me he dormido en el metro; debe hacer siglos que debería haberme bajado, porque no reconozco las estaciones que van pasando como bajo la luz del flash, ante mi nariz. Dos travestidos se han sentado unos asientos delante de mí. Hay que tener valor para echarse al mundo con esa pinta, no creo haber conocido en mi vida a nadie con tantas pelotas. Me miran y parpadean. Sonrio, les devuelvo el parpadeo; pero el mio debe sonar a conjuntivitis, o a mota en un ojo; porque rien y se dan codazos. Decido apearme, necesito aire fresco; no por ellos, por mí. No reconozco el nombre de la próxima parada que anuncia esa voz de lata que, en su día, debió pertenecer a una mujer que perdió la nariz. La palanca de la puerta no funciona y tengo que correr hasta la de al lado; alguien la dejó abierta. Las paredes de la estación están llenas de grafitis sin gracia, de pollas mal dibujadas y firmas imposibles. Un anuncio de sujetadores medio roto me mira. Necesito aire. Creo que me sangra la nariz, porque tengo la sensación de que algo caliente y dulzón se desliza dentro de mí dejando un rastro extraño. Voy a coger la mochila en busca de un pañuelo y me doy cuenta de que me la he dejado olvidada en el vagón. Si consigo saber a dónde he ido a parar, me pasaré el resto de la noche cancelando tarjetas de crédito. Mientras, intentaré contener una mierda de hemorragia nasal mirando al techo y me preguntaré porqué no invité a aquellos dos travestis a cenar.

Comentarios:
Cuánto tiempo! Qué ilusión leerte. ¿Cómo estás?
 
Madre mía, ¡lo que da de sí dormirse en el metro!
 
Realmente lo que da de sí es despertarse.
 
Me gusta eso de la mujer que perdió la nariz.
Yo siempre he querido saber por qué hablan así las que anuncian algo desde los micrófonos de los supermercados.
¿Fuera de horario laboral cambian la voz y el tono?
Dios, espero que sí.
 
Chico, mal has empezado el día, eh?
Espero que no te de demasiados quebraderos de cabeza la pérdida de la mochila. Por cierto...unos de los travestis no sería Pocholo y se ha quedado con la mochila?
:-)
 
eres tan solo...el eterno resplandor de una mente sin recuerdos..........
ade
 
Y hasta hoy pensando que lo de saltar de mundo a través de los vagones de trenes solo pasaba en las películas. Volveré a descubrir esta nueva realidad que saber pintar con palabras. Un saludo desde la fábrica!
 
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