martes, abril 5

 
Estoy un poco preocupado.
Estoy un poco preocupado, el mes pasado aterrizó en el patio de luces una especie de platillo volante. Lo hizo sigilosamente, como de incógnito, pero dió la casualidad de que yo estaba tendiendo la ropa y lo pillé "in fraganti". Me quedé un poco atontado (un poco más de lo habitual, quiero decir), aguantando la respiración, sosteniendo unos calzoncillos descoloridos entre las manos y apretando fuertemente una pinza de madera con los dientes. Mi asombro creció aún más cuando ví que una portezuela se abría debajo de la nave y descendían cuatro seres de color fucsia. Dos de ellos, los más altos, medirían algo más de treinta centímetros. Los otros eran como la mitad de pequeños. El menor de todos no paraba de caerse, estaba como mareado y cada tres pasos perdía el equilibrio y se daba de bruces contra el suelo.
En cuanto inspeccionaron el lugar y vieron que era seguro, empezaron a rebuscar entre las cosas que siempre caen a los patios de luces: pinzas de la ropa, prendas de ropa interior, hojas de revistas pornográficas, colillas, tampax y preservativos usados. El ser que parecía mareado empezó a entretenerse hinchando un condón; mientras, los otros tres construyeron una chabola con el resto de las cosas.
Hasta aquí todo podría resultar bastante normal; lo sé, cosas más raras se han visto en Gran Hermano vip. Lo extraño del asunto es que parece que sólo puedo verlos yo, mis vecinos no manifiestan percibir su existencia, y empiezo a estar un poco cansado. Como soy el único que los ve, los alienígenas no paran de llamar a mi puerta para pedirme sal y aceite. La primera vez me hizo gracia, son tan monos, pero es que últimamente, mientras voy a buscar la tacita de turno, entran, se sientan en el sofá y se apoderan del mando a distancia. Uno de los más grandes se pone a ver a Ana Rosa Quintana y el otro se bebe todas las cervezas frías de la nevera. Los dos más pequeños se cuelan dentro de la alacena, se me comen todas las galletas y además me lo dejan todo perdido de migas. Y por ahí no paso, no señor, que uno ya está harto de barrer. Ya lo decía mi abuela: ¡que sin educación no deberían dejar a nadie salir de su planeta! (esto en la tierra no nos pasa nunca, ¿verdad?). ¡Por favor!

Comentarios:
Pues vaya con los ocupas que se te han instalado.
¡¡ Y encima fuccsias ¡¡
Si te dan mucho problema le dices que se pasen por mi casa, que yo con un poco de maña y mano izquierda incluso consigo que sean ellos los que barran el suelo.
Habrá que ver lo que piensa la vecina de enfrente ( si hombre la que destapa la mirilla cada vez que escucha el timbre de tu puerta) cuando te vea hablándole a las musarañas...
Y no te dejes engañar, que paguen lo que se beban.Y por cierto después de leer esto.¡¡ Chico tu no bebas ¡¡
 
ya me gustaría que dejando la bebida se me fuera la tontería. :)
Beso.
 
Y, digo yo ¿tú donde vives? No, es solamente para no comprarme un pisito por allí, bastante tengo con mis vecinos, que no sé si serán extraterrestres, pero raros son un rato largo.
Un beso.
 
No veas si da juego el post y lo que me reido, imaginandome que es algun vecino, algun compañero de piso de los tremendos, o porque no! algun marciano cojonero... mandamelos paka que yo soy un poco desastre y creo que no iba a notar su desorden jejejejjeje besos y besos y besos que hoy ando que me sobran! te leo smuak desde el piruli de barcelona donde ahora mismo de pensamiento ando sentada fumandome un cigarro :)
 
Creo que tus vecinos son muy listos, claro que los ven, pero se hacen los locos.
por cierto por lo que leo tambien se hacen los locos con el tema basura. Lo raro es que solo tengais marcianos en ese patio de luces. Has probado no abrir la puerta? o comprar cerveza sin alcohol?
Un beso
 
NO sé nada, en cuanto averigue quienes son, los ponemos de patitas en la calle, déjalo de mi mano.
 
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