lunes, abril 18

 
Domingo
Hoy tampoco hemos coincidido. La ví ayer, desafiante, midiendo las baldosas de la acera con los pies, luciendo hombros, luchando con el viento, viajando a contrapelo. Yo iba camino del super, que ya tocaba. El día anterior, el viernes, me costó recomponerme antes de irme a dormir y creo que algún trocito de alma aprovechó para buscarse la vida. Suerte que han caido en buenas manos, estarán mejor que conmigo. Yo siempre estoy mejor con ellos que conmigo.
Al correr en montañas desconocidas, he aprendido a codiciar los buenos momentos. A disfrutar de las bajadas, del calor del sol y de las caricias del viento, y así reunir las fuerzas necesarias para luego poder subir sin desfallecer. También he comprobado que bajar o subir son dos cosas que no duran para siempre. Tras cualquier pendiente, tarde o temprano llega una cuesta, y viceversa. Cuando las piernas empiezan a doler, el corazón parece estallar, y no entra aire en los pulmones, simplemente hay que clavar la mirada en el horizonte y recordar que no será así para siempre; que detrás de la siguiente curva, quizás venga un llano, o una pendiente. Correr por montañas desconocidas es como afrontar la vida, o el amor. Lo que pasa es que, en estos casos, nunca me acuerdo de guardar fuerzas en las bajadas, porque no quiero reconocer que algún día se acabarán; y luego, cuando me encuentro con la cuesta, siempre me doy de narices contra ella.

Comentarios:
Precioso como has descrito el desasosiego o la esperanza de encontrar caminos sin grandes pendientes.Siempre me gusta leerte pero hoy cada frase es mágica.
Me recordó al libro LA TREGUA.
Oye y una cosa porqué el próximo día que la veas no intentas una cita con ella?.
No seas cobarde creo que la ví la última vez mirándote de reojo...
Atrévete, el no ya lo tienes, y dime ¿y si fuera siiiii?
 
Y siempre tienes las palabras que yo no encuentro... y lo que yo siento tu ya lo has sentido antes... y me encanta, y es un texto precioso.... lleno de verdad.
Y digo yo... que las cuestas se pueden bajar rodando, y subirlas luego a saltos, que lo importante es andar... andar sin detenerse, andar desafiante, sacar fuerzas de la nada, hacer de la nada un todo.. porque la vida, la vida es como una noria.
 
Yo tampoco recuerdo nunca que hay que guardarse algo para las bajadas. Siempre me pilla desprevenida y siempre me la pego.
Muchos besos
 
Siempre hay bajadas y subidas y la vida es una montaña rusa constante, una especie de dèjá vu eterno. Sí, estaría bien guardar fuerzas para las subidas, pero está mejor agotarlas disfrutando de la bajada, por si no hay más a la vuelta.
 
Después de mucho darle vueltas... a eso de los caminos abiertos de la vida, de nuestro libre albedrío y de las posibilidades que se abren... he llegado a la conclusión de que sí.
Sí.
Y sí.
Que aunque los caminos estén trazados... aún tenemos la posibilidad de elegir hacia qué lado queremos pendular entre sus márgenes.
Y esa YA es bastante elección.
Crucial.

Elijo pendular contenta. Confiada. Alegre. Y si me caigo -¡y quién no!- me levantaré otra vez. Y no guardaré las palabras ni los sentimientos (porque el tiempo puede acabar y ellas irse sin haber salido). Y si me canso iré más despacio y miraré lejos y cerca: porque todo es importante. Y tal vez camine contigo, o contigo, o contigo... y disfrutaremos el viaje.

Un beso, coco (¡¡tirapalanteeeeeeee!!)

Saf ;-))
 
me quedo en este hoy... hoy necesito de este post... necesito de perderme en ti... en las plantas de tus pies y sentirme como tu, como una sarten vieja a la que se le pega todo. Hoy me quedo en este post. Besos corazon
 
Qué guapísima eres. Oye, ¿tú no deberías que estar currando a estas horas? :)
Beso cielo.
 
Me encantaría tener una cita con ella, me parece muy buena idea... aunque no creo que ni mi mujer ni su marido piensen igual ;)
Beso.
 
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