lunes, marzo 28

 
De perros, elefantes y circunstancias.
De un tiempo a esta parte me ha dado por dedicarme a mis sudores. Entre semana corro solo, pero algunos domingos coincido con alguien y casi sin quererlo ni beberlo, compartimos esfuerzos, angustias, alegrias, fracasos y gargajos.
Hacía semanas que nos cruzábamos, entre lluvia, sol, nubes, Dayna Kurtz en mp3 y sueños de papel. Un leve saludo con la cabeza había siempre bastado para hacernos saber que nos habíamos visto. Hoy resulta que el destino ha querido que lleváramos caminos paralelos.
A mí me gusta correr solo, así que no sabía muy bien qué hacer ni qué decir cuando esos rizos dorados han decidido marcar el camino que debían seguir mis rodillas.
Sin saber muy bien como, nos hemos encontrado paseando, hombro contra hombro, al trote, pierna contra pierna, entre casas construidas por amantes del collage de mil colores, con trozos de vidas, con planos dibujados por sueños que, sin duda, cambiaban a diario, y con ellos la forma de los edificios, y probablemente también de sus vidas. Tras las ridículas vallas que las envolvían, saltaban perros que mostraban su mala leche a nuestro paso, ladrando, babeando, y volviendo a ladrar. Prudentemente, nos manteníamos alejados de ellos mientras nuestras piernas marcaban el rumbo a seguir. Corríamos ausentes, concentrándonos en el ritmo de nuestra respiración y en el compás que marcaban nuestras zapatillas contra el suelo.
- Nunca he entendido porqué esos perros no saltan simplemente esas vallas que nos llegan a la cintura y se largan a vivir su vida, aunque sólo sea para hacer eso que tanto parecen desear: mordernos el culo. No sé a qué esperan.
- no sabes porqué?
- no.
- pues por la misma razón yo sigo viviendo mi vida, aunque no me encante. El mismo motivo que evita que los elefantes de un circo salgan corriendo.
- qué quieres decir? (otra que es una experta en cambiar de tema ?).
- no has estado nunca en un circo?
- si, claro que he estado en un circo (sí, es una experta).
- y recuerdas a esos elefantes, enormes, atados por una pierna a una ridícula estaca?
- sí (es una experta, pero hay momentos en que sólo puedes vomitar monosílabos si quieres seguir respirando y viviendo).
- nunca te has preguntado porqué no tiran simplemente de la pata y arrancan la cuerda o la estaca?
- si, ¿sabes tú porqué?
- sí que lo sé, o al menos lo imagino: porque los ataron ahí cuando eran pequeños, y tras varios intentos se dieron por vencidos, a su edad la estaca era más fuerte que ellos, igual que les pasó a los perros que nos cruzamos en el camino. Se enfrentaron con la valla cuando eran demasiado pequeños y ahora ya ni siquiera lo intentan. Porque imaginan que su esfuerzo será en vano.
- Vaya, eso suena a lo que les pasa a muchas personas.
- A mí me pasa.

Nos miramos y seguimos jadeando camino arriba.
- Otro día hablamos de Darwin, ¿vale?.
- ¿Darwin?
- El de la selección natural. No tienes el ¿BUP?¿y internét?.- me miró sonriendo burlona- otro día hablamos de las vallas vacias, de las casas sin perro. De los perros que consiguieron saltar la valla.
- Vale, otro día hablamos. Cuidate.
- Tú también.

Espero que coincidamos el domingo que viene, me tiene en ascuas.

Comentarios:
Otra vez por aquí,¡¡mira que horas¡¡.
Puede ser que a esos perros y a los elefantes les ocurra como al cordero de el Principito,que estaba domesticado.No recuerdo demasiado bien lo que explicaba pero era bueno estar "domesticado".
Ya sé.Lo importante era que ERAS de alguien.Lo más importante para esa persona.Vaya rollo.
 
Darwin en plena carrera, debe ser un aliciente, sin duda. A pesar de su eterna selección natural, de su supervivencia del más fuerte y de que, hay ciertas conductas, también de los elefantes y que algunos osados llaman emociones, que son inexplicables desde el punto de vista del bueno de Charles.
 
Si no tienes problema en mostrarte sudoroso y con cara de extasiado ante una persona, es que ya estáis preparados para todo. Lo que no sabemos es si ella opinará lo mismo
 
Tiene toda la razon, la estaca siempre es mas grande en nuestra mente. Toda una experta si.
Un beso
 
Me pregunto a cual de ellos pertenezco: a los que solo ladran o a los que saltan la valla.....
Un beso.
 
No me canso de leeros, vuestros comentarios son lo mejor de este blog.

Lo bueno de estar domesticado es que al menos perteneces a alguien. Sarcástico y cierto, Rosi.

Las emociones no se rigen por modelos científicos, usted siempre siempre dando en el clavo, Poulain.

Ultrasónica: me parto. Genial.

Tengo tijeras para cortar cuerdas, si es que la estaca ha crecido demasiado Lola ;)

Tendré cuidado aka, aunque casi a quien deberíamos prevenir es al perro, que si me muerde igual se envenena :)

Ladesordenada, es una buena propuesta de clasificación. Aunque creo que depende más de las circunstancias que de la persona... yo creo que hoy pertenezco a los segundos, pero mañana... quien sabe ;)




Un beso.
 
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