sábado, febrero 26

 
Hay días
Hay días en que el amor se vuelve carga, en lugar de equipaje; y no es por culpa de nadie, son cosas que pasan; es que resulta que la vida es así. Hay semanas en que NO: ni dos horas para mirarse, ni un roce, ni palabras con que acariciarse, ni manos que medir. Siempre empiezo la casa por el tejado, y esta vez no iba a ser menos.
Recuerdo cafés con cristales pintados con vaho de alientos tremendos. Y bocatas de lomo con queso entre risas, cervezas, dominó, remigio y fiesta del inserso. Y revolcón con lametones. Y palomas acariciando una plaza con tirabuzones. Y lluvia. Y sol. Y paseos por la rambla riendo de fotógrafos turistas. Acariciando con miradas a mimos congelados en pedestales improvisados.
Que sí, que esta semana: yo curso y ella curro; y que cada día me cuesta más vivir sin dejarme mecer por palabras que entregan pellizcos de alma. Y que yo no soy de llamar por teléfono, que me pone de los nervios, y los sms no son una joya de la comunicación que digamos.
Joder, que la echo de menos y estoy cabreado, pero no se lo digáis a nadie.

Siempre empiezo la casa por el tejado.

Comentarios:
ayyyy, que cuando yo más plof, mox siempre háciéndome remontar el vuelo, como brisa a cometa. ¿Y qué haría yo sin ti? Beso.
 
Que manera tan bella de expresar esa añoranza..
 
Iba a decirle que no se cabrease, Sr. Coco, pero la verdad, es una buena razón para hacerlo. Además, después de trastear por aquí me doy cuenta de que, si es para ponerse irónico y encantadoramente tremendista, no está tan mal que se cabree. Lo mejor vendrá cuando se pase el berrinche y se vayan las nostalgias.
 
Gracias por no decirlo Sra. Amélie; más que nada es que siempre me da por hacer la contra, y mucho me temo que, en este caso, iba a ser peor :)
Espero que lo mejor no se haga esperar. ¿Sabe si falta mucho?
 
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