lunes, noviembre 22

 
Y de repente, la última botella.
Llegó como llega el otoño, pintando de gris todo lo que fue verde, arrugando las flores como si estuvieran hechas de papel maché, paralizando la vida como se congela la imagen en los paisajes llenos de árboles sin hojas. Era la última botella. Sabía que llegaría y que cuando la recibiera no debería abrirla, que era mejor vivir en esa ilusa sensación de felicidad que regala la ignorancia. Pero pudieron más la curiosidad y la esperanza que la intuición y la certeza. En su mensaje decía que por fín habían podido rescatarla de su isla, era un barco estupendo, con una tripulación de marineros apuestos y encantadores que la colmaban de mimos y atenciones. Me pedía que la entendiera, que quizás fuera la única oportunidad que se le presentara de volver a recuperar su pasado, que no la podía desaprovechar. Sé que nunca llegará a recibirla, pero hoy le he enviado una botella con un susurro dentro en forma de canción. Le he dicho que ya sabe dónde encontrarme si necesita un náufrago, un amante, un amigo, o las tres cosas a la vez. De todo corazón, le deseo que las mismas estrellas que nos han visto reir y llorar guarden siempre sus sueños, y que el sol llene de mil colores sus días. Que el pasado que anhela recuperar sea perfecto, que esté repleto de suerte, de risas, de amor, de ternura y de caricias; y que por fín encuentre lo que no ha encontrado en mi.

Comentarios:
Es fantástico leer a alguien que ama de verdad, por fin el que seas feliz, el aquí me tienes. El seremos lo que tu quieres que seamos, una parada de tren donde charlar, un cigararo compartido, aun a pesar de que ahora no es el momento, ahora otra persona. Quedan muy pocos así, no cambies, me alegra saber que no eres uno de esos que nunca sonríen en el metro, ni abrazan, ni cuentan, me alegra saber que no eres una piedra. Enhorabuena. ;)
 
Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]





<< Inicio

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Suscribirse a Entradas [Atom]