viernes, noviembre 12

 
Otra vez.
Lo que menos me gusta de subir en avión es el momento en que dejas de tocar con los pies en el suelo. Mucho antes, el pasaje ha intentado pintar su ansiedad con risas de colores pastel. Que si jaja, jeje, toma una copa, mira el culo de esa (anda que si se sienta a mi lado). Pero cuando estás en el bolsillo del piloto, automático, por supuesto (que se creia usted), las caras cambian y las ideas también.
Siempre pienso en cómo serán los cinco minutos que preceden al desastre, al accidente, a la caída al vacío. ¿Dirá la azafata por megafonia que debemos mantener la calma, y que el capitán lo tiene todo bajo control, mientras salta por la ventana de socorro aferrada a un paracaidas hecho con un kleenex?

Comentarios:
jajajajajajajaj
yo también he pensado que salvarse de una caida en ascensor es facil y que sólo debes saltar en el momento justo, antes de que se estrelle. Pero no me atrevo a probarlo.
Tu tampoco te quedes hasta tarde... o sí. Ayer me escuché la mitad de los discos que reflejaron en su cara los granos de la mia: the smiths, the psycodelic furs, the inmaculate fools. demasiados the's para una época en que ni siquiera tomaba café... :)
 
jajajajajaj,
no es una tonteria, es genial.
 
:) bona nit, a_k_a.
 
Creo coco, que los cinco minutos que preceden al desastre son todo silencio, una afonía nerviosa, lacerante, de esas que arañan gargantas,una llenar huecos de tensa calma, como ese silencio que queda cuando el médico te confiesa que sí, que cancerígeno. Supongo que después el avión será todo manos y cabezas buscando hombros desconocidos,y un acurrucarse y un estrujar de cuerpos, y calor y un palpitar de corazones casi tan fuerte como el ruido del motor que arde y un esperar que todo acabe y el no intentar nada, el dejarse llevar, el dejarse quitar la vida.
 
Tu si que sabes mox. Espero que en tu mar calentito no falten sirenas, pero de las que no llevan sujetadores de conchas ;)
 
Si mosquita, si.
Es un silencio eterno. Un silencio de cada día el que nos mira desde el otro lado del espejo (nunca he entendido la historia de alicia en el pais de las maravillas, pero de eso podemos hacer otro post ;) )
Cada día, cada segundo, empezamos a escribir esos cinco minutos que pueden ser los últimos. De un tiempo a esta parte me estoy asegurando de vivir cada minuto como si fuera el último. Y he leido en tu blog que tu tambien ;)
 
Si mi avión tuviera que estrellarse en el mar, por favor, no quiero vivir, porque no hay cosa que me dé má miedo que un mar infestado de tiburones. En realidad, cualquier cosa viva que salga del agua es mi peor pesadilla.

Creo que la peli Tiburón la vi demasiado chica.

Muy bueno el comentario de moskita ;)

Saludos,
 
A mi, sólo me horroriza que salgan del agua vivos algunos políticos ;)
Bárbara, y qué me dices de lo que no sale del agua. De lo que está quieto, observando desde la oscuridad del fondo cada uno de los movimientos de los que juegan en la playa, escuchando el palpitar de sus corazones mientras elige a su víctima...
 
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