lunes, octubre 4

 
Soy un náufrago
He conocido a una náufraga.
Creo que vive cerca de mi isla porque a veces, cuando el viento sopla de cara, me parece oir su voz en la lejanía. Pero desde este ridículo montón de tierra no puedo verla, así que no pondría la mano en el fuego (últimamente me imagino cosas y empiezo a no saber distinguir entre realidad y sueños).
Sé que ella está cerca de aquí porque escribe mágicos mensajes con tinta invisible y los encierra en botellas de vidrio que lanza a la inmensidad azul del mar. Ya he conseguido pescar unos cuantos y, con la ayuda de esta plancha de carbón que un día rescaté de un naufragio, he aprendido a alisarlos y a desvelar sus secretos. En los primeros envíos sólo describía la isla donde un día había despertado, semidesnuda y exhausta, tras una terrible tragédia que se negaba a recordar. Luego, hablaba del sol abrasador que acentuaba la angustia de la rutina en que se habían convertido sus dias. Contaba sobre la oscuridad, sobre la pena y la nostalgia que la invadían al caer la noche.
Casi sin pensarlo, también me animé a escribir, a embotellar y a lanzar al mar mis pensamientos, mis penas y mis sueños, reconozco que con poca esperanza de que llegara jamás a leerlos. Contra todo pronóstico, no fue así y, poco a poco, mensaje a mensaje, nos hemos ido conociendo. Ahora, incluso sabemos cuál es nuestra música preferida. A veces nos enviamos trocitos de canciones encerrados en botellas. Las descorchamos y podemos oir, durante un breve instante, la voz del otro canturreando. El sonido se desvanece rápidamente en el aire, pero permanece la sonrisa idiota en nuestros rostros. Cuando, más tarde, nos sorprendemos tarareando, nos acordamos el uno del otro y no nos sentimos tan solos, ni tan pequeños.
Le he pedido que me envíe un dibujo suyo, pero dice que tiene muy mala mano, que sólo sabe dibujar aquello de: "con un seis y un cuatro...". Quizás nunca nos conoceremos, aventurarse a nadar en estas aguas infestadas de tiburones no es muy recomendable para la salud, pero aún así, en la distancia, se ha convertido en alguien muy importante en mi vida. Cada día espero con anhelo que el viento y la marea me traigan noticias suyas. Me pregunto cómo he podido vivir sin recibir a diario su botella, sin el mensaje que cada noche amasan sus dedos. Pan de sueños, de vida, de lluvia salada, de risas, de melancolía y de aliento.
Y así, en su ausencia, me siento felizmente atrapado. Más cautivo de sus letras que de esta isla en donde, de vez en cuando, embarranca un maravilloso trocito de su vida, envuelta en vidrio y protegida por un corcho y un papel de celofán.

Comentarios:
Ya no quiero que me rescaten de mi isla. ¿Hay mejor compañía que tus pensamientos?
 
que las estrellas iluminen tu vida y el mar guarde tus sueños, que descanses junto al calor del fuego en las largas noches de invierno, que de cascabeles, violines y timbales se alegre tu camino, que encuentres en tu vida amigos, amantes, confidentes ávidos del color de tus sueños, enamorados de la sombra de tus labios. Pronto, en tu campo amado, crecerán enredaderas rojas, de esas que te envuelven y miman tanto que cuesta respirar.
 
Q UE HISTORIA MAS ROMÁNTICA Y BONITA...
¿ CUANDO ESTRENAN LA PELICULA?
AYSS
 
¡Qué preciosidad ,es poesía para el alma!!!!!Quién fuerar musa!!!!!
¡Gracias!
 
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