jueves, octubre 21

 
mi cuerpo
he decidido engañar a mi cuerpo, pero no con cualquiera, lo voy a engañar conmigo mismo. Voy a convencerlo de que soy un adolescente. El plan es sencillo: sólo tengo que volver al estilo de vida que llevaba a los dieciseis años, así despistaré a mi cuerpo y, si consigo liarlo, todo él volverá a quedar gradualmente tal y como estaba entonces. Ya he preparado la lista de cosas que debo hacer. Para empezar, me afeitaré sólo una vez por semana y cuando lo haga me esmeraré en cortarme toda la cara con la pericia de un carnicero. Vestiré con vaqueros, llevaré camisetas sin cuello y zapatillas deportivas muy usadas. Nunca intentaré follar en la primera cita, total, tampoco lo he conseguido nunca. Ni en la primera, ni en ninguna. Comeré poco y a deshoras. Me encerraré en mi cuarto hasta la hora de cenar y no le contaré a nadie lo que hago, es más, enviaré a paseo a cualquiera que se interese. Dirigiré a todo el mundo miradas desafiantes, como si me molestaran y sobraran en este, mi mundo. Lo que creo que llevaré peor es lo de hacerme seis pajas al día. Lo digo porque ahora me hago doce. En cuanto a mis amigos, me voy a tener que buscar unos nuevos, porque los que tengo ahora no me sirven, tienen demasiada barriga, son demasiado calvos y rezuman demasiada mala leche. De todas formas no creo que pudiera convencerles de que cambiaran sus coches por bonobuses, ni el canal plus por una noche de farra.
Vaya, creo que esto empieza a funcionar, mientras hacía la lista ya he notado cómo me crecía un pelo en la coronilla y se me alisaba alguna arruga del ojo derecho.

Comentarios:
Me parece una excelente idea, yo lo llevo haciendo desde hace tiempo, nada más levantarme y mientras espero a que salgan las tostadas, me hago creer que soy francesa, que tengo veintitrés años, que mi cara es la de Monica Vitti, que mi cuerpo el de sofia Loren y que mi arrojo el de Marlen Diëtrich. Al principio cuesta un poco habituarse porque te malentiendes con eso de tu nuevo acento y te lastimas ya que no puedes evitar golpearlo todo con tu nuevo trasero, pero en unos días funciona de maravilla y acabas domesticándote.
 
Vaya, ahora entiendo lo que me pasa. A mi me ha dado por imitar la barriguita de Alfredo Landa, el careto de Santiago Segura, la calva de José Luis López Vázquez, el humor de Fernando Esteso y la mala leche de Fernando Fernan Gómez. Si es que ya sabía yo que no iba por buen camino...
 
que corran esas palomitas mox.
 
Jajajajaaaa... lo mejor que he leído desde hace siglos!!

Yo también voy a domesticar mi cuerpo... pero lo voy a hacer de profezioná: botox, silicona (a mogollón), uñas de porcelana, mechones de extensiones, operación de iris e ilizarovs alargantes por todo el cuerpo... me va a costar conseguir ser Elle MacPherson...
(los hábitos son lo de menos... se cogen enseguidita)

Saf ;-))
 
los hábitos son lo que menos cuesta, pero recuerda que no hacen al monje ;)
 
Yo hace casi un año que he vuelto a ser adolescente...
Solo tienes que encontrar a alguien que te haga sentir que tienes 16 años... el problema está en que tu vida ya es la de una señora de cuarentaypico y tu marido, tus hijos y tus amigos no deben/pueden enterarse...
 
Te entiendo, yo también pensaba así. Pero esa es una arma de doble filo.
 
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
 
Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]





<< Inicio

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Suscribirse a Entradas [Atom]