jueves, octubre 27

 
Tiempo.
En este momento tan sólo nos separan nuestras miradas, que se niegan a encontrarse, jugando a recorrer, asíncronamente, las cuatro paredes y el techo de este vagón destartalado. Nos alejan veinte años, que se abren entre nosotros como un precipicio imponente. Y nos distancia un metro escaso de aire cargado de una mezcla de olores extraños, murmullos de walkman y el traqueteo de un tren interurbano.
Aún no habías nacido cuando yo ya soñaba con encontrarte, con perderme entre tus dedos y ensayar piruetas rasantes de lengua cayendo en tu ombligo; y con saborear el azabache que constantemente se enreda en tus rizos, al arrullo de un cuento; arropados sólo por un destello de luna robado a la noche.
Nada sabía, por aquel entonces, igual que tú aún no has aprendido, que el amor tiene más espinas que pétalos, y más soledad que el propio vacío. Y que es un arma blanca de doble filo, que cuanto más la aprietas para que no escape, más lacera tu alma; y si la sueltas de repente, se te clava para siempre en el corazón, emponzonada de melancolía, hiriéndote de muerte, manchando de ocre la esperanza, condenandote al destierro y al vagar errante de quien perdió su suerte.
Tú aún no lo sabes, pero no tardarás en aprenderlo.
Y me pregunto si seré yo el hombre al que un día decidirás convertir en tu amante. Y si, cuando ese momento llegue, yo ya estaré tan lejos de tí como ahora lo estás tú de mí. Quizás estés ocupando mi lugar, observando a un apuesto joven mirar, absorto e indiferente, la oscuridad a través de la ventanilla de un destartalado convoy de cercanias. Me pregunto si, llegado el momento, sabrás reconocerme. Quizás yo ya me oculte tras un disfraz de piernas quebradizas, un bastón sobrio y una calva sin sombrero, una sonrisa sin dientes, una cabeza con parkinson, una mirada vacía y una máscara de piel amarilla y seca; encorvado sobre el asiento que alguien me habrá cedido para evitar que me rompa en mil pedazos cuando el tren se detenga de repente.
-"No vaya a ser que el puto viejo este del carajo, se nos muera, y por su culpa lleguemos hoy todos tarde al trabajo".
O me pregunto si algún día, quizás mañana, nuestras miradas se encuentren.

Comentarios:
Si fuera de verdad un disfraz no habría problema, se lo quita uno y a seguir. Lo malo es que ese no hay quién se lo quite...¡que asco! Me pongo mala hablando de los años...

Besos dulces, si acierto, porque mi tembleque puede que no me deje....
 
Coco..
muchas vueltas da la vida..
asi que ten cuidado, porque en cualquier tren de cercanias esta la chica de cabello azabache que te corresponde..

(y yo aqui con el pelo castaño.. siesquenopuedeser..)


besitos
 
Nunca lo sabrás... porque nunca se sabe hasta que no llega y a veces, ni eso.
Quién sabe si yo algún día veré mi cara rodeada de rizos azabache... pero mira que no lo creo :))
Besos con cierto 'tembleque' ya, por los años, hijo
 
Acabarás haciéndome caer en la gerontofilia, malo malo
 
Dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Y debe ser verdad porque siempre esperamos tropezar con esa persona al doblar la esquina o en un tren de cercanías.
Un beso.
 
Algunas los prefieren maduritos, puede que despiertes en ella mas de lo que crees. De tu parte tienes la sabiduria del tiempo y como estas en un tren, se puede decir que no lo has perdido.
Un besazo

P.D: Siguiendo la pista del cuestionario de Des, he llegado hasta ti, deberia haberlo imaginado.
 
Hay un sistema que no falla: cada vez que mires con lascivia a una 20 años más joven, piensa que podría ser tu hija. Mano de santo.
 
No, si yo no quiero curarme. En realidad lo que estaría bien es que las de 20 dejaran de pensar que yo podría ser su padre, pero eso, me da en la nariz, que va a ser un pelín complicado...
 
Ese tipo de atracción existe precisamente porque se antoja imposible... y los seres humanos siempre perseguimos lo que más difícil nos resulta alcanzar. Y a veces ocurren milagros, y los imposible se vuelve real, y es entonces cuando la burbuja se pincha y ya no lo queremos, porque ya es nuestro...
 
Ya sé el título del blog: busca la moraleja en mis posts...

Me canso de decirte q son buenos y que me hacen pensar y que me dejan sorprendida y que espero con ansia cuando me vas a cambiar la historia...

Y me canso de adularte!!

joder!

(por eso no comento, para no decir este tipo de cosas irrelevantes)
 
Me encantan tus comentarios, y no son irrelevantes. Lo mejor de escribir en este blog es poder leeros.
Un besazo.
 
joder que bien escribes ultimamente pero que triste, porque sera que la tristeza llega tanto, porque hayquejoderse como no se van ha encontrar dos ojos con esos dos ojos tuyos saltones si iluminan mas que dos soles ( madremia que me esta saliendo la vena de andamio y te estoy tirando un piropo cutre) pues eso que mil abrazos, ah estos dias martes y miercoles tengo fiesta y aleluya que no trabajo, me dices.

ah el codigo de verificacion lo olvidaba 44542ddds84ssg
 
jajajajaja...
resérvame el miércoles, corazón equilibrista. Te llamo.
 
Hablando de edades...
Si yo tuviese diez años menos a mi no se me escapaba seguro, pero sabes qué, que con los que tengo a lo mejor tampoco

:-) Y después, que me quiten lo bailao.


Un besazo.
 
Yo, creo que la edad, tiene muy poco que ver con los sentimientos, a si que...animo!
Un besote.
 
No sé si tiene dueña tus palabras... pero sin rollos de edades, me encantaría que alguien me dijera alguna de las cosas que cuentas en este fantástico post. Y si encima me lo escribiera, ya ni te cuento...
 
Cuánta razón tienes, Ex.
Por cierto: quiero ensayar piruetas rasantes de lengua cayendo en tu ombligo...
 
Me encanta este post. Y es porque Exagerada tiene razón, porque nunca decimos lo importante. Y aquí lo has dicho.
 
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